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Lunes, 30 de Septiembre de 2019

“El Noé de los caballos” Rebatiendo el argumento del creacionista Nathaniel Jeanson


El día 27 de septiembre el grupo cristiano de Bogotá "Estudios Hermenéuticos" organizó un foro con motivo a los 160 años de la publicación del Origen de las Especies. Este grupo ya ha organizado eventos con anterioridad, para promover el creacionismo, como uno en el 2017 en la Universidad Javeriana, que comenté aquí 

En esta ocasión trajeron a Nathaniel Jeanson, un biólogo con doctorado en biología celular que trabaja para la organización creacionista "Answer in Genesis". También repitió el señor Joe Owen (ya había estado en Bogotá en 2017). Este último suele hacer un sermón, citando versículos bíblicos, más que una ponencia de ciencia.

Por parte de la teoría evolutiva se presentaron el profesor Luis Eugenio Andrade y Joao Muñoz-Durán. Fueron muy interesantes las ponencias de este par de docentes. En total, el evento tomó cerca de cuatro horas.

Como es algo dispendioso abarcar muchos de los argumentos presentados, en esta entrada me enfocaré en uno de los argumentos presentados por el creacionista Nathaniel Jeanson (Espero poder redactar otro artículo comentando otros puntos).

La ponencia de Jeanson se tituló "Reemplazando a Darwin: El nuevo origen de las especies". La primera línea de evidencia que atacó fue el patrón anidado de clasificación que revela la existencia de un antepasado común para los diferentes grupos de organismos. Jeanson postuló en su conferencia y en su libro, el cual publicitó constantemente, que la categoría de familia equivale a un "tipo", en alusión al relato bíblico en que Dios creó a cada especie "según su tipo". Así pues Dios no creó por separado las tres especies de cebras, las de asnos salvajes y caballos, sino que solo le bastó crear una especie de équido, y después saldrían las demás. Eso sí, nada de parentesco común de los équidos con otros perisodáctilos (tapires o rinocerontes), ni menos con los demás placentarios.

Este argumento no es nuevo (dentro del mundo creacionista se llama "baraminología"). Sin embargo, es totalmente falaz porque deja de lado otras líneas de evidencia, como la biogeografía, la paleontología, la anatomía comparada y la genética comparada, que nos muestran, en este caso, que los équidos hacen parte de un patrón mayor de la evolución de los mamíferos y vertebrados (incluido el hombre), que se puede remontar a un antepasado común.


Si bien Jeanson afirmó en la conferencia, que su libro no mencionaba la Biblia por ninguna parte, saltó de proponer una especie ancestral para los équidos (que sería creada por Dios), para proponer que esa fue la especie o tipo que se salvó del diluvio. Es así como en su diapositiva aparece un Arca de Noé con la fecha de 4500 años, fecha del supuesto diluvio universal y radiando las especies de équidos actuales desde allí.

¿Por qué pone Jeanson el arca de Noé? ¿Por qué no una imagen de una diosa Kaila de los iniut creando a este Adán de los caballos y cebras? La razón es que su deseo es encajar los datos a una respuesta preconcebida y que defiende a ultranza. Por eso su organización es "Respuestas en Génesis". Jeanson ya tiene la respuesta en la Biblia. Su trabajo es amoldar los hechos para que apoyen una conclusión. Y eso, mis apreciados lectores, no es ciencia.

La baraminología, rama creacionista a la que está adscrito Nathaniel Jeanson, fue inventada para intentar resolver un problema para los literalistas bíblicos. A la objeción de cómo Noé metió al arca representantes de más de las 10 millones de especies conocidas, en un barco de madera de dimensiones limitadas, ya dadas por la Biblia, tenían que generar una respuesta. El uso de "baramines" (Jeanson habló de "tipos o min") tiene por objeto reducir el número de animales que Noé tendría que cuidar y así hacer más creíble el relato bíblico.

Otro argumento bastante desatinado que usó Jeanson fue apuntar a que las agrupaciones taxonómicas que revelan antepasados en común, y que apuntan a lugares dónde estos antepasados pudieron existir (por paleobiogeografía) no son fiables. ¿Cómo lo sustentó? Con un ejemplo en el que utilizó autos construidos por empresas europeas, norteamericanas y asiáticas. El señor Jeanson considera que si analizamos la estructura y lugares donde se fabricaron, alguien podría concluir que ellos tienen un antepasado común en el Ártico, como pueden notar en las siguientes diapositivas que usó.


Jeansen prosiguió con sus desafortunada analogía al equiparar la ascendencia común de los vertebrados con una ascendencia común de los autos y bicicletas.


Su analogía es absurda por el hecho que los automóviles no se reproducen, no guardan información que sea transmisible a una descendencia, sino que la información para su construcción reside en libros y computadores humanos. Los humanos pueden, y de hecho lo hacen, traer información de otro modelo, y otra tecnología y meterla de golpe. No es posible generar para los autos un arbusto evolutivo. En cambio, los organismos, o los animales, para el caso por él ilustrado, construyen sus cuerpos con base en información codificada, pero también heredable. Y es justo ésta característica de la heredabilidad del ADN lo que hace a la genética comparada una herramienta tan útil y poderosa para conocer las relaciones de parentesco entre especies, y también entre familias, clases, ordenes, etc.

Hoy sabemos que entre linajes de organismos puede haber transferencia horizontal de genes. Sin embargo esta información la mueven virus (en algunos casos) y no tiene como propósito generar arreglos de diseño y funcionamiento, como si lo haría un humano que copie un mecanismo de otra compañía de autos a la suya.

Abordaré el caso de la clasificación humana en el grupo de los primates, (esbozado por una diapositiva en la conferencia de Nathaniel, en otro artículo).

Los vertebrados cuentan con un registro fósil muy completo, que permite mostrar modificaciones graduales en la estructura anatómica. Un yacimiento fósil, analizado en su conjunto, aporta información, no solo de la anatomía de los organismos de esa época y lugar, sino que permiten obtener información de sus ecosistemas y climas, analizando fósiles de las plantas, su polen, y otras líneas de evidencia que permiten conocer aspectos de su ecología, el tipo de bioma, el clima, etc..

Retomaré el argumento que he dado a llamar el "Noé de los équidos", para sintetizar la idea creacionista de que las especies modernas de équidos descienden de una pareja superviviente del diluvio, para analizarla con mayor detalle, y mostrar con este ejemplo porque la baraminología es una pseudociencia.  La imagen, de una pareja indeterminada de équidos saliendo de un barco de madera en el Monte Ararat en la actual Turquía, para luego dar origen a cebras, burros y caballos, puede resultar atractiva y convincente para muchos literalistas bíblicos y ser tragada por más de una persona. Sin embargo, quien conozca algo de paleontología de vertebrados, y de los équidos en particular, saltará de su silla por el hecho que este argumento, que se vale de la ignorancia sobre la diversidad extinta de los organismos y los estudios recientes de comparación de ADN y proteínas dentales que concluyen una historia de evolución, y de parentesco de los caballos con otros perisodáctilos (tapires y rinocerontes), y luego con los demás mamíferos.

Si tomamos los équidos actuales: asnos silvestres, onagros, cebras y caballos. Es posible analizar su ADN nuclear, mitoncondrial y analizar sus similitudes. Las diferencias que se hayan se deben a cambios (mutaciones) que se han dado y heredado entre los diferentes linajes. Con el tiempo, estos cambios heredables en el ADN bien pueden ayudar a revelar relaciones de parentesco. También es posible analizar las similitudes y diferencias de proteínas presentes en los dientes. Algo muy importante en el caso de las especies fósiles de équidos, en las que los dientes se preservan mucho mejor.

En definitiva la diversidad y relaciones de los équidos actuales revelada por la ciencia se presenta en el siguiente cladograma.


Uno de los trabajos más recientes (2014) llamado "Especiación con flujo de genes en équidos a pesar de la extensa plasticidad cromosómica" adelantado por Hákon Jónsson y colaboradores, usó material genético de asno somalí, onagro, kiang tibetano, cebra de Grevy, cebra de montaña, cebra de llanura. Además se extrajo ADN antiguo de los pelos de la quagga, un équido extinto.

El equipo preparó bibliotecas de ADN indexado e identificaron 48 genes involucrados en el olfato, la respuesta inmune, el desarrollo, la locomoción y el comportamiento.  El equipo reconstruyó la filogenia equina utilizando 20.374 genes codificadores de proteínas. Este trabajo arrojó resultados similares al realizado por Julia T. Vilstrup y colaboradores, quienes trabajaron con ADN mitocondrial.

El equipo de Jónsson pudo calcular los principales puntos de separación de linajes con base en estas divergencias y las tasas de mutación estimada para este grupo de organismos. Se encontró que los équidos no caballínicos se agrupan en dos grupos monofiléticos (descendientes de un solo ancestro): cebras y asnos, que se separó ∼1.69–1.99 millones de años. Los asnos africanos y los asiáticos divergieron poco después (∼1.47–1.75 millones de años), lo que es congruente también con la información proporcionada por el registro fósil. Luego, se produjo una radiación paralela en África 1.28–1.59 millones de años, que condujo a las tres especies principales de cebras dentro de ∼200 mil años. El equipo también, resultados de otros trabajos que ubicaron a la extinta quagga extinta estrechamente emparentada con la cebra de las llanuras (razón por la que las cebras de pradera y la quaga hacen parte ahora de la especie Equus quagga).

Lo interesante en este punto es como los datos de divergencia entre los linajes de asnos africanos y asiáticos, son congruentes también con otra línea de evidencia independiente como lo es el registro fósil. De igual manera, la divergencia de la rama que dio origen a cebras y burros por un lado, y por el otro a los caballos, es congruente tanto con los datos moleculares como con los datos paleontológicos.

Evolución de los caballos en la Era Cenozoica.
Los géneros señalados con fondo rosado son especies ramoneadoras
(que se alimentan de hojas y/o ramas) y pacedores (que pastan).
Para muchas personas un équido es un animal que se parece a un caballo. Asnos y cebras caben ahí. Patas formadas por un solo dedo (el tercero), cráneos alargados y con una dentición característica que permite moler pasto, también hacen parte de las características. Lo interesante viene cuando empezamos a mirar estratos geológicos cada vez más antiguos, porque los caballos empiezan a hacerse distintos. Son más pequeños, tienen un mayor número de dedos y sus dientes se van transformando en dientes más aptos para comer hojas y frutos en un bosque. 

No solo cambian estos fósiles sino todo el ecosistema y los datos asociados al clima. Entendemos ahora la evolución de los caballos y cebras como resultado de unos fenómenos de cambios en los que se pasó de bosques extensos en el planeta a las praderas abiertas y la expansión también documentada y coincidente de los pastos o poáceas. Estando antes de las cebras actuales équidos que ramoneaban en bosques.

Tal es el caso de Eurohippus parvulus un caballo pequeño (cráneo de 13,3 - 16,3. cm, 30 a 60 centímetros a la altura de los hombros y 10 kilogramos de peso) con miembros relativamente largos y delgados.con dentadura para ramonear. Esta especie del Eoceno medio y tardío habitó en Europa y sus fósiles se conocen del yacimiento de Messel, de 47 millones de años de antigüedad. Lo interesante de este yacimiento es que posee especímenes perfectamente conservados (incluso uno de los fósiles de esta especie muestra un feto en su interior), razón por la que sin lugar a dudas se puede clasificar como un équido. Los fósiles asociados de plantas y otros animales muestran un ecosistema de selva húmeda. 
Aspecto y fósil de Eurohippus parvulus 
Los creacionistas suelen explicar, falazmente, los fósiles aduciendo que todos fueron resultado de un diluvio. Pero, ¿hay fósiles de caballos modernos, cebras o burros en rocas del Eoceno? No. No las hay. Tampoco hay resto fósil de ningún humano en los restos del Eoceno en Messel (lo más cercano es un pequeño primate Darwinius masillae).  La secuencia en el registro fósil muestra la progresiva reducción de dedos y modificación de la dentadura. Y es con base en estos datos que en ciencia se acepta la evolución de las especies. No como dijo el creacionista Joe Owen, en la misma conferencia, que "se requiere más fe para aceptar la evolución que la creación". Los datos son congruentes y abundantes.

Cabe señalar que de la gran diversidad de équidos, que muestra el registro fósil, solo una rama, de lo que fuera un arbusto muchos más amplio sobrevivió al final del período Mioceno y el mundo se quedó con las especies que caminan sobre un dedo, grandes y con cráneo pacedor. Las especies ramoneadoras se extinguieron.

¿Podríamos ver en los caballos actuales algún vestigio de que sus antepasados tuvieron cuatro, tres y luego un dedo? Sí. Justamente el desarrollo embrionario de los caballos arrojan evidencia también en la misma línea que el registro fósil por el hecho que la evolución no parte de cero para formar una especie, sino que modifica lo ya existente. Modificar lo existente implicó cambiar los programas genéticos que hacían caballos pequeños y con cuatro y tres dedos a pasar a uno solo.

Mano de équidos fósiles señalando la reducción de los dedos, excepto el tercero. Fuente: The Royal Society
Justamente el trabajo de Nikos Solounias y colaboradores, publicado en 2018 titulado "La evolución y la anatomía de la mano del caballo con énfasis en la reducción de los dígitos" descubrió 'capullos' de cinco dedos en el embrión del caballo cuando se desarrollan en el útero. El equipo de Soulonias, sugiere que los caballos todavía llevan los restos de los cuatro dedos de los pies que parecen haber perdido, con nervios y vasos sanguíneos, tras detallados análisis de embriones de caballos y revisión de patas de équidos extintos. Explicando a la prensa el resultado de su investigación dijo: "En el embrión las extremidades forman los cinco dígitos, pero son detenidas durante la formación. Es como un botón floral que comienza a formarse pero que nunca se expresa completamente. Todos los rudimentos de los dígitos están ahí y luego simplemente no se forman del todo".

Radiografía de un potro con dedos adicionales
Fuente: Revista Colegio Médicos veterinarios
En algunos casos, pueden nacer potros que muestran la condición ancestral de más dedos, similar a los antepasados como el Merihippus, conocido solo por sus fósiles. Este tipo de estructuras se denominan atavismos y son un reflejo de ese programa genético original que, en esos casos no fue silenciado y terminó activando parcialmente estructuras propias de formas evolutivas anteriores. ¡Algo que no suena muy inteligente por parte de un creador que deja esos genes para que generen tales rasgos!

La hipótesis propuesta por la baraminología en la que Dios creó a un tipos separados de especies, que dieron origen a las otras, se cae al ver como a medida que retrocedemos en el registro fósil las especies van cambiando y se van encontrando antepasados para grupos cada vez mayores.

Un creacionista estará en apuros para determinar si su "Adán de los caballos" tenía solo un dedo, tres o cuatro. Aceptar un baramín para caballos de un dedo, otro para los de tres y otro para los de cuatro, termina generando el problema que quieren resolver y es el de reducir el número de especies que Noé metió al arca. 

Por otra parte, si asumieran que su baramín es una especie muy basal, como un caballo pequeño de cuatro dedos, tendrían que aceptar tasas de cambio evolutivo muchos más grandes que las realmente observadas. Algo que tampoco cuadra con los datos. 

La propuesta de "dejar atrás a Darwin" con la propuesta de Jeanson y otros creacionistas en realidad no puede modificar la sólida evidencia de que las especies comparten antepasados con otras. En el caso de los équidos, estos forman un grupo mayor con los tapires y rinocerontes que es el clado de los perisodáctilos. 

Este grupo, se caracteriza por tener en sus patas una condición mesaxónica, lo que quiere decir que el eje de la extremidad pasa por el dedo medio, que forma el soporte. La anatomía ósea de las extremidades muestra una disposición muy particular, tales como que el hueso astrágalo muestra una superificie proximal en forma de polea, mientras que su superficie articular distal es prácticamente plana. El calcáneo no articula con la fíbula. Además, los perisodáctilos carecen de clavícula y su fémur muestra un tercer trocánter muy desarrollado. La ulna (cúbito) y la fíbula (peroné) se encuentran reducidos y carecen de movimiento. Estas características permite diferenciar a los perisodáctilos y fueron señaladas en 1848 por el anatomista y paleontólogo inglés Richard Owen.

La teoría de la evolución puede nuevamente ponerse a prueba y predecirse que si los caballos, tapires y rinocerontes comparten un antepasado común, bien podrían los análisis moleculares comparados mostrar este parentesco que se puede expresar en cladogramas. ¿Se ha hecho esto? Claro que sí, y los resultados genéticos, desconocidos en la época de Richard Owen y Charles Darwin, confirman la hipótesis del parentesco de todos los perisodáctilos.

En el trabajo "Filogenómica mitocondrial de équidos modernos y antiguos" Julia T. Vilstrup comparó ADN mitocondrial de équidos entre sí, pero también con rinocerontes y tapires. Los investigadores también añadieron dentro de los análisis material genético de especies conocidas por restos fósiles, como por ejemplo, del rinoceronte lanudo. El resultado muestra un grupo natural, que confirma la evolución y desmiente a los creacionistas. 


Relaciones de parentesco derivadas de comparación de ADN mitocontrial. Fuente: Modificado de PLOS

Otra línea de evidencia independiente viene del análisis de proteínas presentes en dientes y huesos, como el colágeno tipo 1. Frido Welker y sus colaboradores presentaron en 2017 el trabajo "Secuencias de proteínas del pleistoceno medio del género rinoceronte Stephanorhinus y la filogenia de rinoceróntidos del pleistoceno medio / tardío existentes y extintos" En este trabajo se contrastaron las secuencias con proteínas de tapires y caballos. ¿El resultado? Similar al obtenido por ADN mitocondrial ya mencionado. El equipo de Walker afirmó: "Se identificaron varias proteínas antiguas en las muestras de rinocerontes del Pleistoceno medio y tardío. El análisis filogenético de proteínas informativas resolvió la filogenia de Perissodactyla de acuerdo con estudios previos con respecto a la ubicación de las familias Equidae, Tapiridae y Rhinocerotidae. Stephanorhinus (un género de rinoceronte extinto) está más relacionado con los géneros Coelodonta y Dicerorhinus. Los datos de la secuencia de proteínas ubican al rinoceronte de Sumatra en un clado junto con el género Rhinoceros, en lugar de formar un clado con la especie de rinoceronte blanco y negro"

Relaciones de parentesco deducidas de la comparación de proteínas entre especies actuales y extintas de perisodáctilos.
Las especies de rinocerontes presentes en Eurasia se resaltan en el cuadro verde. Las siluetas indican la cantidad de cuernos. Los números de nodo indican probabilidad bayesiana (0–1) / probabilidad máxima (0–100%). B. primigenius se usó como un grupo externo.
Fuente: Peerj.com
Ahora pensemos, ¿Por qué los cambios en la estructura de una proteína que cumple la misma función en dientes y huesos habría de mostrar relaciones de parentesco si estas no existieran? Perfectamente esta proteína o el ADN mitocondrial podría ser exactamente igual en todas las especies y no mostrar similitudes algunas. Los biólogos hacen estas comparaciones partiendo del supuesto razonable que los organismos que poseen caracteres parecidos también poseen genes parecidos. Un resultado podría mostrar el ADN mitocondrial de una lechuga más parecido al de un tapir que al de un caballo, pero no es así. Tanto los caracteres visibles de los organismos y sus secuencias de ADN nos dan una información similar sobre las relaciones evolutivas, y nos las aclara cuando hay dudas, como en el caso del Stephanorhinus.

Cladograma derivado del análisis del gen de la proteína de desacoplamiento
mitocondrial 1 (UCP1) Michael J. Gaudry y su equipo mapearon
 las secuencias del gen ucp1 de 133 mamíferos en un árbol de especies.
Fuente: Science Advances 
Así podría proseguir para mostrar la relación de los perisodáctilos con otros grupos de mamíferos, y de los mamíferos con el resto de tetrápodos, con decenas de estudios bien sea con ADN nuclear, mitocondrial, anatómicos. Y señalando además las especies fósiles que se encuentran cerca del inicio de cada clado.

Así pues los esfuerzos de Nathaniel Jeanson y los demás creacionistas de Answer in Genesis por desacreditar la evolución, no pasa de ser un esfuerzo deshonesto de disfrazar datos como si fueran ciencia cuando no lo son.

La única explicación que es congruente con estos datos es que las especies evolucionan y están emparentadas. Las fuentes de evidencias se complementan maravillosamente y gritan una sola cosa: ¡Evolución!.
Sábado, 21 de Octubre de 2017

Así fué la conferencia de Answer in Genesis en Bogotá

El Museo de la Creación, parece distante para los latinoamericanos. Para muchos pareciese que la enconada y tergiversada oposición a la biología evolutiva de los creacionistas evangélicos gringos, fuese un problema de otras latitudes. Sin embargo, cada vez hay esfuerzos más frecuentes en América Latina para importar esta pseudociencia.

Este viernes 20 de octubre tuve la oportunidad de asistir a un par de conferencias creacionistas en una de las más importantes universidades de Bogotá: La Pontificia Universidad Javeriana. Los invitados incluían a un biólogo chileno especializado en vida marina y un pastor de Answer in Genesis (Respuestas en Génesis) ligado al Museo de la Creación.

Cabe señalar que la conferencia no fue organizada por "la Ponti", sino por un grupo cristiano de la Universidad Nacional (Estudios Hermeneúticos) en colaboración con el grupo Vida para la Universidad VPU.

Debo confesar que el sentimiento que tuve toda la tarde era de una auténtica indignación. No por el hecho que se mostrara un punto de vista distinto al mío, el de la evolución biológica, sino por el hecho que se le decía a la audiencia una serie de cosas, que presuntamente se sostiene en biología, que no son ciertas. Al partir de una exposición falaz de los fundamentos de la biología evolutiva, se ataca una postura que no existe. La posibilidad de una discusión académica se hace imposible cuando tienes en frente a alguien que sabes que está mintiendo o que saca de contexto estudios científicos. ¡Bueno, así es la pseudociencia! ¿No lo sabías? podrá preguntarse el lector. Pero no deja de generar la sensación de impotencia al ver que la contraparte está siendo deshonesta, evita las evidencias incómodas, que muestran solo una parte de los datos. ¡Así no se hacen las cosas en ciencias!"

1. El inicio. El moderador, Tomás León Sicard, agrónomo de la Universidad Nacional y docente de la misma, empezó con un testimonio de conversión personal. Comentó como él siendo agnóstico cambió de forma de pensar cuando su hija enfermó de leucemia. "Como no podría orarle a la ciencia, afirmó, busqué a Jesús y ese fue mi consuelo". Dijo en palabras más, palabras menos. Me queda la pregunta si su fe hubiera sido la misma si su hija hubiese muerto, o que piensa de los casos en los que Jesús no contesta las oraciones y los niños con cáncer mueren. Otras de sus palabras me dieron a entender que no tenía muy claras las evidencias de la evolución ni entendía sus mecanismos.

2. El doctor en biología. Luego vino el doctor Ricardo Bravo. es biólogo y enseña zoología de invertebrados y vertebrados marinos en la Universidad de Valparaiso. Afirmó tener su sustento en papers o artículos científicos, que a decir verdad no fueron analizados en profundidad, y en el que las conclusiones dadas se amañaban para que dijesen cosas que no decían. Tomé atenta nota de sus puntos expuestos. Entre aquellos que más me sorprendieron encontré estos:

a. Afirmó que la evolución (ni siquiera hablo de la biología evolutiva como rama de la biología) sostenía que el principal mecanismo de la evolución es la mutación. Al final le interpelé en público y le dije que la mutación solo era parte del mecanismo de la selección natural, pero se aferró en que eso no es lo que sostiene la biología. Dijo que un par de mutaciones útiles pueden aparecer un miles de millones de años y que esto no serviría para formar especie alguna. En mi intervención le comenté del experimento de Richard Lensky y como este ha documentado las mutaciones que han permitido diferentes adaptaciones, como la de la biodegradación del citrato en la E. Coli. Nada sirvió. El experimento de Lensky (que no es el único) no fue rebatido, sino que dijo que mi posición solo evidenciaba el paradigma del evolucionismo clásico. El papel de la selección natural, o los experimentos que se han hecho de la misma brillaron por su ausencia.

Nota para el lector: Si no sabes del experimento de Lensky da click aquí

b. Los datos moleculares contradicen los de la anatomía comparada. ¡Es en serio! Cualquier estudiante de biología sabe que los datos genómicos son de gran importancia para validar los cladogramas y aclarar dudas sobre parentesco evolutivo. El señor Ricardo Bravo dijo que el gran parecido genético del humano con el chimpancé era un mito, porque en unos casos se comparaban unos genes, en otro otro. Lo que omitió -y eso es lo importante- es que sin importar que secuenciemos genes aislados, pseudogenes o todo el genoma, no hay otra especie con mayor parecido genético que con los chimpancés. Luego, siguen los gorilas y más alejados los orangutanes. Este arreglo genético es coherente con la anatomía comparada.

Presentación amañada de información por los creacionistas.
Mezclan información real (como el torax aplanado)
con una imagen de un orangután actual.
c. El tratamiento del registro fósil humano fue desastroso. Ricardo Bravo mostró a los australopithecus, como una especie de simio más. De hecho, solo mencionó a Lucy, una Australopithecus afarensis y bajo su mención la imagen de un orangután. Es increíble esto, porque el recurso audiovisual mostraba una anatomía totalmente diferente de los Australopithecus. Mostrar esto, en pleno siglo XXI es deshonesto.

Para los que deseen saber porque los australopitecos no son simples chimpancés (u orangutanes como lo mostró Ricardo Bravo) puede ir al siguiente enlace:

Mentiras de los creacionistas sobre Lucy (Australopithecus afarensis)

Pero el horror prosiguió. Luego vino la mención al fraude de Piltdown, como si fuera parte de los textos de antropología actuales, luego la mención de que la ciencia ya había dicho que los neandertales no eran antepasados de nosotros, todo lo anterior aderezado con una imagen de la evolución humana como lineal, no como un árbol con muchas especies. 

Medias verdades de los creacionistas sobre el Hombre de Piltdown

Medias verdades de los creacionistas sobre el Hombre de Neandertal

Sin duda, que los neandertales no son una especie antecesora. Sabemos que fue una rama lateral de la que poco de su ADN pasó a los sapiens. Pero no hubo exposición del Homo habilis, Homo erectus, Homo heidelbergensis. Tampoco mención alguna de como su posición en el registro fósil muestra una aumento gradual del tamaño cerebral. No, eso no se mostró. Apuntó también que por haber tamaños diferentes del cerebro entre los humanos actuales alguno de los presentes en el auditorio podrían ser clasificados como H. habilis, H. neanderthalensis, etc. ¡Como si la capacidad craneana fuera el único rasgo que anatómico define a una especie! Un remate de falsedades y medias verdades.

Habló de importantes reuniones donde los científicos no se ponen de acuerdo sobre la teoría evolutiva, siendo entonces una teoría en crisis. Confunde las discusiones propias de un campo en crecimiento como una negación total de la evolución. Francamente deshonesto.

Minimizó la diferencia entre tipos de ojos y la sensibilidad a la luz, al punto de dar a entender que las medusas podían ver como los vertebrados. Saltó a decir que los profesores de biología enseñaban que las medusas no tenían sistema nervioso. Aunque de la presencia de una red de nervios bajo la epidermis no se puede concluir, o insinuar, que ven igual a los vertebrados. Claramente deshonesto o chapuzeramente explicado para inducir a confusión.

Amañó los datos del ADN mitocondrial humano, que son una clara evidencia del origen africano, para decir que son evidencia de la descendencia de los sobrevivientes del diluvio. Nada de fechas estimadas a partir de tasas de mutación, ni de que grupos africanos muestran mayor variación y secuencias originales. 

Antes de la conferencia estuve escuchando conferencias de Ricardo Bravo y es sumamente preocupante de como él hace alarde de que cada vez se le abran más espacios para presentar su pseudociencia en colegios y universidades.


3. El conferencista de Respuestas en Génesis.  Luego el turno fue para Joe Owen, quien fue presentado como el conferencista principal de Answer in Genesis. Owen utilizó varios ejemplos en el que simplificó varias explicaciones cientificas, desde el Big Bang, la formación de la Tierra, la síntesis de elementos químicos en las estrellas, etc., por medio de chistes, los cuales afirmó era para hacer "más entretenida su presentación". En realidad fue una banalización sin centrarse en los argumentos a favor del Big Bang, y otros procesos.

Posteriormente argumentó que la aceptación de la evolución implicaba racismo, eugenesia, falta de propósito de la existencia y la dominación de la mujer (aunque el versículo que manda a callar a las mujeres es de la Biblia, no del Origen de las Especies).  Para Owen la posibilidad de una vida moral es posible solo con valores absolutos que derivan de un Dios. Al preguntársele sobre porque basaba su explicación en la Biblia y no el Corán o los libros Védicos, dio una respuesta muy mediocre, en la que señaló, entre otras cosas que "el Islam había tenido un inicio violento que lo descalificaba y que la Biblia era históricamente exacta en todos los aspectos" (¡Como si la expansión del cristianismo hubiera sido un jardín de rosas!).

Como tergiversar una cita para decir que la aceptación
de un punto de vista materialista conlleva a la eugenesia.
No pudo faltar una imagen de Hitler para mostrar las terribles consecuencias de una visión materialista del Cosmos. También hubo cerca del inicio una cita de Ayn Rand, para mostrar la aceptación de la evolución como el primer paso a una existencia egoísta y desprovista de bondad.

El hecho que acepte que las hienas destripan a muchos antílopes estando vivos, no significa que no debo tener actos de bondad y altruismo con otros seres humanos y otros seres sintientes. ¿Es difícil de entender? Para el pastor Owen sí.

En otro lamentable momento hubo citas de Sagan y Neil deGrase Tayson sacadas de contexto. En una de ellas fue del primero, en el que hablando de la selección natural mencionaba la muerte de los organismos como parte del proceso natural (piense en unas bacterias que perecen por la acción de la amoxicilina). El pastor Owen sacó de contexto la cita para decir que la muerte de los niños con Síndrome de Down, ancianos y personas con discapacidad era lo que se esperaría que pidieran quienes siguen una postura naturalista. Para terminar un bombardeo de versículos bíblicos (ver imagen inicial) para terminar con la salvación de Jesús.

 4. Las preguntas finales. El moderador, Tomás León, seleccionó principalmente preguntas de los creyentes, quienes eran la mayoría en el auditorio. Luego leyó las seleccionadas en grupos de a cuatro. No hubo muchas preguntas escépticas. Una intervención mía, anteriormente comentada, aceleró la finalización de la conferencia, no sin que antes el profesor León comentara que debido a mi (incómoda) intervención muchas personas se quedarían sin que sus preguntas fueran atendidas. ¡Porque, claro les era más cómodo el juego cuando solo leían las preguntas de los cristianos!. Procedió a leer los nombres de las personas que por mi culpa se quedarían sin su respuesta en el momento, pero aseguró que tendrían su respuesta por correo.

A propósito, en las preguntas escritas había pedido que se me explicase desde el marco del Diseño Inteligente qué propósito hay en las complejas estrategias que utiliza el parásito de la malaria para esconderse dentro de los glóbulos rojos humanos. Los defensores del D.I. solo parecen maravillarse con el diseño de animales bellos y la anatomía humana, pero dejan de lado las adaptaciones de los parásitos porque les es incómodo decir que estas fueron también diseñadas por su amoroso Dios. Mi pregunta no fue seleccionada para ser leída en el auditorio, aunque si leyeron la petición de un joven que pedía que se llevara el creacionismo a la Universidad militar.

Ya para el cierre, una de las chicas organizadoras invitaba a una actividad para celebrar los 500 años de la reforma protestante en el Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional (más violaciones al Estado laico).

Afortunadamente grabé el 90% de ambas ponencias, y espero, en caso que el tiempo lo permita, poder publicar las conferencias, con algunos comentarios escépticos. En tal caso se haría en el canal de Bogotá Atea en YouTube.

Artículos de interés:

La teoría del Diseño Inteligente es religión, no es ciencia
Diseño ¿inteligente?: más bien una idea extraordinariamente tonta

Un libro recomendado: "Por qué la teoría de la evolución es verdadera" de Jerry A. Coyne.