BY THE RIVERS OF BABYLON (ADULT VERSION)
¿Quién no recuerda el precioso espiritual-reggae popularizado por esos monstruos de Boney M?
Acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.
3 Y los que nos habÃan llevado cautivos nos pedÃan que cantásemos,
Y los que nos habÃan desolado nos pedÃan alegrÃa, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegrÃa.
Hasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tú nos hiciste.
AquÃ, con nuestro poco talento para los idiomas y nuestra general incultura religiosa, no éramos muy conscientes de que se trataba del texto de uno de los Salmos, el 137, que dice aquello tan bonito de:
1 Junto a los rÃos de Babilonia,
Allà nos sentábamos, y aun llorábamos,Acordándonos de Sion.
2 Sobre los sauces en medio de ella
Colgamos nuestras arpas.
3 Y los que nos habÃan llevado cautivos nos pedÃan que cantásemos,
Y los que nos habÃan desolado nos pedÃan alegrÃa, diciendo:
Cantadnos algunos de los cánticos de Sion.
4 ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová
En tierra de extraños?
5 Si me olvidare de ti, oh Jerusalén,
Pierda mi diestra su destreza.
6 Mi lengua se pegue a mi paladar,
Si de ti no me acordare;
Si no enalteciere a Jerusalén
Como preferente asunto de mi alegrÃa.
.
Le dan a uno ganas de llorar y unirse al coro de gospel dando palmas, yeah, yeah, sintiéndose asà un poquito camino del cielo.
Y también le dan ganas de seguir ampliando la letra con la continuación del salmo, que seguro que no la pusieron en la canción porque no cabÃa (o no encajaba bien con la medida de la música):
.
7 Oh Jehová, recuerda contra los hijos de Edom el dÃa de Jerusalén,
Cuando decÃan: Arrasadla, arrasadlaHasta los cimientos.
8 Hija de Babilonia la desolada,
Bienaventurado el que te diere el pago
De lo que tú nos hiciste.
.
Y ya, en pleno éxtasis mÃstico-espiritual, cantar a grito pelado el último versÃculo del salmo, y coger de las manos a los niños de la primera fila de la iglesia para bailar con ellos... ¡Ah, qué sensaciones que le da a uno la religión!