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Sábado, 28 de Abril de 2012

El tercer paso alemán

Parece que los acontecimientos están dando la razón a quienes pensaban que la postura alemana de insistir en que los países ajusten sus cuentas (la famosa austeridad) tenían más que ver con garantizar una disciplina fiscal previa a cualquier otra política monetaria o de impulso del crecimiento que con prejuicios ideológicos por parte de Merkel (o tal vez además de estos prejuicios), por cuanto que Alemania tendría que hacer de gran pagana. Véanse estos comentarios de Michele Boldrin en Nada es Gratis de hace ya un tiempo.
El primer paso se dio cuando el Banco Central Europeo dejó de temer a la inflación y cambió su política de subir (o no bajar los tipos de interés) a hacerlo aunque tímidamente. De esto hablé en su momento en esta entrada. No es un paso alemán, claro, que el BCE es independiente y tiene su mandato, pero no creo que nadie piense que se hubiera dado sin el visto bueno de la primera economía europea.
El segundo paso ocurrió cuando, tras mucho tira y afloja, justo cuando las primas de riesgo de España e Italia estaban empezando a descontrolarse y tras conseguir garantías de que estos países harían serios avances para reducir sus déficits (con reforma de la Constitución en España y sustitución de Berlusconi por Mario Monti en Italia), se dio luz verde al programa de compra de bonos de la deuda de estos países por parte del BCE.
Hoy está en portada el tercer paso. Merkel anuncia una “agenda del crecimiento” para la Unión Europea. Todavía está sin concretar y todavía sigue la canciller insistiendo en que todo pasa por vigilar los ajustes fiscales. Al final se trata de que si queremos convencer a Alemania de poner unos euros sobre la mesa para ayudar a los países en mayores dificultades no basta con decirle que si España e Italia caen arrastrarán a la propia Alemania, también habrá que convencerla de que esos dineros estarán bien gastados, y tener disciplina fiscal ayuda mucho a eso.
Esperemos que en este tira y afloja no hayamos cruzado ningún punto de no retorno.


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Hace tres años en el blog: La razón moral en bancarrota.
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Jueves, 26 de Abril de 2012

¿Existe el problema de la inducción?

El argumento que presenta el problema de la inducción es, históricamente, el siguiente:
Observamos salir el sol cada día y presumimos que seguirá saliendo. Esto es un argumento inductivo y lo aceptamos porque ha funcionado bien en muchos otros ejemplos y aceptamos que seguirá funcionando. El argumento que justifica la inducción es, pues, circular.
En una entrada pasada me he referido a los argumentos circulares y he alertado contra meter en el mismo saco a los aparentemente circulares que a los circulares de verdad. ¿De qué tipo es la circularidad de la inducción? Sostendré que es solo aparente y para ello usaré un modelo formal en el que se justifica la inducción. Ya he hablado de él en más de una ocasión, pero creo que solo en comentarios o en las discusiones del Otto Neurath, se trata de la inferencia estadística.
Expliquemos un caso sencillo. Tenemos una urna con bolas. Sacamos una bola, que resulta ser blanca. Sacamos otra, que también es blanca. Seguimos así y a la enésima, que sigue siendo blanca decidimos que todas son blancas (es decir, que la siguiente que saquemos será también blanca). La inferencia estadística no dice que la siguiente será blanca con probabilidad 100%, sino que a medida que sacamos bolas y resultan ser blancas, la probabilidad de la hipótesis “todas las bolas son blancas” aumenta. Esto ocurre con los modelos de inferencia estadística clásico y bayesiano y ocurre con todo el rigor matemático. No hay circularidad.
Repasemos. El ejemplo es un modelo de aplicación de la inducción. La urna es la realidad (esa desconocida), la muestra de bolas son los datos (reales o aparentes) observados y la hipótesis “las bolas son blancas” son nuestra teoría acerca de esa realidad.
La inducción a que se refiere el problema que encabezaba la entrada es de la misma índole. No se afirma que la proposición “el sol saldrá mañana” esté establecida sólidamente por el argumento inductivo, sino que significa que la hipótesis “el sol saldrá mañana” cobra más valor (más probabilidad). Pero en realidad, en ciencia, tampoco es exactamente eso, sino que lo que dirá es que “el modelo o teoría científica que explica el movimiento de los astros del sistema solar” tiene más probabilidad de ser cierto gracias a los datos de que el sol ha salido cada día tal como el modelo predice y según ese modelo el sol saldrá también mañana.
Que el modelo de inferencia estadística sirva o no para entender la realidad es algo que no podemos deducir lógicamente y, como siempre, lo único que nos queda es mostrar su utilidad (inductivamente, claro). No hemos resuelto el problema del conocimiento, algo imposible lógicamente, pero sí hemos establecido que la inducción no tiene por qué ser un argumento circular e inválido.
Para una entrada posterior dejamos el problema de distinguir entre distintas teorías compatibles con los datos y que algunos llaman “el nuevo problema de la inducción”.


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Hace tres años en el blog: La metamorfosis.
Y también: El amor fati y la libertad.
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Domingo, 22 de Abril de 2012

Argumentos circulares

Es relativamente fácil pretender que cualquier defensa de cualquier afirmación acerca del mundo es circular. Basta pedir que se definan todos los términos de la afirmación, para luego pedir que se definan los términos que aparecen en las definiciones y así sucesivamente. Como el lenguaje es finito, al final tendremos unos términos que se referirán entre sí de manera circular o que no se refieren a ningún otro.

Otra manera de hacerlo consiste en pedir justificación de todos los pasos realizados para hacer la afirmación y después pedir justificación de las justificaciones. Ocurrirá algo parecido. Por ejemplo, las afirmaciones que se consideran justificadas en una determinada ciencia lo son porque se sigue un método aceptado por quienes hacen esas afirmaciones. Así que parece que las justificaciones son circulares, que podían haberse hecho de otra manera y gozar del mismo tipo de apoyos.

Todo lo anterior es apariencia del discurso natural y descuidado. Tomemos el siguiente ejemplo:
x=y
y=x
En este sistema de ecuaciones, decir que x vale 7 porque y vale también 7 porque x vale 7 es un argumento circular.
Tomemos este otro ejemplo
x+y=3
x-y=1
Alguien puede argumentar que no es posible saber los valores de x y de y porque se basarían en un argumento circular como el anterior. Para conocer x hay que conocer y, y para conocer y hay que conocer x, de manera que postular cualquier valor caería en la falacia del argumento circular. Esto claramente no es así, este segundo ejemplo tiene solución no basada en argumentos circulares, x=2 e y=1. El argumento circular expresado verbalmente y sin rigor no es tal, pero hace falta un poco de cálculo riguroso para mostrar que no es así.
Cuando nos encontremos con un argumento que intenta mostrar la circularidad de otro habrá que preguntarse si estamos ante un caso de circularidad verdadero como en el primer ejemplo o falso como el segundo.
Ejemplo del primer caso: La adivinación del futuro puede existir porque sabemos que existen cosas inexplicables como la telepatía. Luego uno mira qué evidencias hay para mostrar que puede existir al telepatía y oye que por qué no, dado que la adivinación del futuro existe.
Ejemplo del segundo caso: Toda ciencia, tal como se explica aquí, aquí y aquí.

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Hace tres años en el blog: Un titular tendencioso.
Y también: La habitación china.
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Jueves, 19 de Abril de 2012

Suicidio de parados en Italia

El Mundo publicaba ayer lo siguiente:

“Según ese organismo (Eures), que ha elaborado un informe titulado ‘El suicidio en Italia en tiempos de crisis’, sólo en el año 2010 se quitaron la vida en Italia 362 desempleados y ya el año anterior, 2009, fueron 357 los parados que recurrieron al suicidio. Se trata de un fortísimo incremento respecto a las cifras de los tres años precedentes, cuando de media los desocupados que optaban por suicidarse eran 270 al año. 

En total, entre 2008 y 2010 los suicidios entre los desempleados aumentaron en Italia un 39,2%.”

Si miramos las cifras de desempleo en Italia observamos que era de una media del 6,5% en los tres años precedentes que se toman como base y que fue de un 8,4% en 2010, lo que implica un aumento de casi el 30% frente al incremento del 39,2% en el incremento de suicidios entre los parados. Es decir, que casi todo el aumento de los suicidios entre parados se debe al aumento de parados, no al aumento de la tasa de suicidios entre esa población. Queda un 9 y pico por ciento de aumento que explicar (en realidad, un 7%, que es lo que representa ese 9,2 sobre la nueva cantidad de parados), que bien puede ser por el incremento de la tasa debido tal vez a la desesperación o simplemente puede ser parte de la desviación sobre la tendencia que hay cada año. De hecho las variaciones en las tasas de suicidio de año a año tienen variaciones de esa magnitud, así que no hay razón para pensar en ningún incremento especial.
No es bueno jugar con los números de esta maneara. Tenemos bastante con lo mal que anda la economía como para añadir catastrofismo y sensacionalismo.
¿Cómo de alta es la tasa de suicidios entre los parados? La tasa de suicidios por 100.000 habitantes en Italia es del 7,1. Considerando que ese 8,4% de desempleo corresponde a unos 2.150.000 parados tenemos que entre esta población la tasa de suicidios es de 16,8 por 100.000 parados, justo el doble de la media. Pero esto es engañoso. Habría que compararlo con un colectivo de similar edad, educación y otras características. Si solo quitamos las edades en que uno no puede estar en paro por no pertenecer a la población activa, la tasa de suicidios es más o menos la media (la mayor tasa en edades superiores a 65 años se compensan por las menores tasas de los menores de edad).
A falta de controlar por otras circunstancias, parece que, efectivamente, entre los parados la tasa de suicidios es el doble que la media, pero también parece que esta tasa no ha variado con el aumento del desempleo. Como hay más parados, esto implica que la media de suicidios aumenta. Si hay más efectos, es pronto para decirlo y, desde luego, estos datos que se apuntan no lo dicen.
Hace un tiempo hacíamos consideraciones parecidas con la tasa de suicidios en France Télécom.

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Hace tres años en el blog: Los libros y los cánones.
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Martes, 17 de Abril de 2012

La legalización de las drogas

Poco se ha hablado de la cumbre americana de Cartagena de Indias y de un punto novedoso en el orden del día: la legalización de las drogas. Ya se ha dicho que nada iba a salir de esa discusión, que lo importante era que por primera vez se hablara de ello. Con un poco de suerte, la próxima vez será menos tabú y quién sabe si un día no se analizará el problema con menos distorsiones ideológicas.
En Economía suele ponerse el caso de las drogas como el ejemplo de lo que pasa cuando se quiere impedir el funcionamiento de un mercado. En lugar de ocurrir lo que quiere ingenuamente el legislador, sucede que el mercado pasa a ser un mercado negro, con consecuencias siempre negativas. El precio aumenta y también el nivel de delincuencia y criminalidad alrededor de ese mercado que, más fácilmente que en el mercado libre, pasará a estar en manos de las mafias.
Es claro que esa no tiene que ser toda la justificación para legalizar una actividad. A nadie se le ocurre legalizar el mercado de contratación de sicarios para ajustar cuentas privadas, por ejemplo. La cuestión es, entonces, si la actividad de consumir drogas presenta una inmoralidad como lo es ordenar un asesinato (aunque, de serlo, lo sea en menor grado).
La única razón por la que el Estado puede inmiscuirse en el consumo de drogas libremente decidido por un ciudadano adulto es, por una parte, la posible falta de información respecto a las consecuencias en la salud del consumo y, por otra, la adicción del producto. Y estas razones deben ir acompañadas de un razonamiento más, que los ciudadanos quieran delegar en el Estado la decisión sobre el consumo de sustancias de las que no tienen información y que acepten que, efectivamente, no tienen tal información en ese caso. En cuanto a la adicción, debe aceptarse que la decisión de hacerse adicto no es la que se toma cuando se consume la droga y que el Estado no puede comprometerse a no hacer nada por la salud del adicto.
Frente esas posibles implicaciones morales están las implicaciones morales de dejar el mercado de las drogas en manos de mafias con el resultado ya conocido en términos de criminalidad, corrupción y adulteración, más aún cuando es posible resolver los otros problemas morales de su consumo difundiendo información adecuada, cobrando un impuesto a la droga en un mercado legal para hacer frente a los problemas de salud y con algún otro tipo de regulación. La experiencia de la ley seca debería haber servido para entender todo esto.
Y justamente la experiencia de la ley seca nos puede hacer entender algo más. El alcohol era legal en los países vecinos, así que la violencia asociada a las mafias se producía dentro de los EEUU. No hace falta legalizar las drogas en todo el mundo. Con que lo sean en América Latina será suficiente para que la violencia se traslade a territorio usamericano. Será la manera en que los EEUU entiendan el problema en cabeza propia si es que no lo quieren entender en cabeza ajena.
Sábado, 14 de Abril de 2012

Cosas de Savater


Ayer, Fernando Savater nos escribía un interesante artículo con sus reflexiones sobre la música de Bach, concretamente, su Pasión Según San Juan. A mitad del artículo nos suelta esta prenda:

“Gracias a la industria discográfica, que por el momento en el terreno de la música clásica todavía perdura pese al acoso de la piratería canallesca, contamos con muchas grabaciones excelentes.”

Por el mismo precio podía haber dicho:

“Gracias a la industria discográfica, que no desaparece como pretendían los agoreros contrarios a la libertad de la copia privada, contamos con muchas grabaciones excelentes.”

Es tan coherente con el dato que nos muestra y más ajustado a toda la realidad que nos dice que en estos tiempos de copia privada el número de grabaciones no ha descendido.
Jueves, 12 de Abril de 2012

El deber es lo primero

La palabra alemana “Schuld” significa tanto “deudor” como “culpable”. La española “deber” como sustantivo (el deber, lo que se debe) significa tanto “deuda” como “lo que hay que hacer”. Así que no debe extrañar que lo que los alemanes ven como un mal aquí lo tengamos como un imperativo categórico.
Lunes, 9 de Abril de 2012

El don del Nilo

El Nilo es el segundo río más largo del mundo, sólo un poco más corto que el Amazonas, según las últimas mediciones. Es uno de esos ríos caprichosos, como el Colorado o el Congo, que parecen desafiar a la propia naturaleza de la que surgen. Nace en la zona de los grandes lagos africanos, desde donde se define su trazado más largo con el Nilo Blanco, pero su caudal se debe, sobre todo, a la rama más corta, el Nilo Azul.
Podía haberse ido a desembocar al océano Índico o al mar Rojo, mucho más cerca, pero se decidió por el Mediterráneo porque las montañas que flanquean el valle del Rift por el este le cierran el camino. En su camino atravesará el desierto del Sáhara sin recibir una sola gota de agua de ningún afluente y apenas unas gotas testimoniales por la lluvia durante más de dos mil kilómetros. Hasta el delta de su desembocadura, son apenas unos pocos kilómetros los que desde sus márgenes se benefician del agua. En muchos lugares el desierto empieza a solo unos metros de sus orillas. La imagen del desierto atravesado por el río es una de las visiones más irreales que se pueden ver en este planeta.
Es ahí, en el desierto, lejos de la frondosidad de sus verdes orígenes, donde el Nilo ve recompensada su proeza. Nada menos que una de las primeras civilizaciones del mundo se desarrolló a su paso. El antiguo Egipto de los faraones, rebosante de esplendor y grandeza, asombro de sus coetáneos y de las generaciones actuales. Una de las civilizaciones más poderosas e inmovilistas que ha existido. Hay quien achaca a ese inmovilismo su desaparición final. Dudosa causa que tardó tres mil años en hacer efecto.
¿Dónde habrá estado de vacaciones este bloguero?
Domingo, 1 de Abril de 2012

Unos días de vacaciones

Unos días de vacaciones. Intentaré no estar cerrado, pero no sé si estaré abierto.

Jueves, 29 de Marzo de 2012

¿Es la ideología un método de análisis?

Para mi sorpresa, hay quien piensa que una ideología es un método de análisis. Al parecer, cuando no tienes datos, la ideología te permite tomar decisiones. Pero el poder de la ideología llega más lejos y le permite a uno posicionarse a favor o en contra de alguna política sin necesidad de datos. Así, uno está en contra de la pena de muerte sin necesidad de estudios que indiquen las consecuencias de su aplicación o está en contra de una propuesta sobre un plan de reforma del sistema de pensiones porque ya sabe que es una opción ideológica y él tiene otra o está a favor del copago médico porque, sin tener datos, es lo que le dice su ideología.
No entiendo esta postura. Optar sin tener información es un acto de fe, no un análisis. No hay manera en que alguien me pueda convencer de que una postura es mejor que la otra.
Cuando se abunda en la discusión, sin embargo, ocurre que se filtran algunos datos que sí se tienen. Quien está en contra de la pena de muerte dice que ya se sabe que no sirve para reducir el crimen y que siempre hay la posibilidad de ejecutar a un inocente y que esto basta para estar en contra. No digo que no, pero esos son datos de la realidad. ¿Qué pasaría si se propone la pena de muerte para dictadores sanguinarios, confesos y con amplias pruebas de su culpabilidad y si con cada dictador condenado otros diez dejaran el poder y convocaran elecciones?
Quien está en contra de la propuesta sobre los planes de pensiones ya sabe que, por ejemplo, aumentar la edad de jubilación es malo para el trabajador. Lo es para la mayoría, desde luego, pero es una visión miope. Además de ser malo trabajar más es bueno estar más años cotizando si eso permite disfrutar de una pensión mayor. Habrá, por lo menos, que ponderar una cosa con la otra. También habrá que compararlas con el resto de consecuencias y con otras alternativas a ese plan.
Quien está a favor del copago médico por razones ideológicas parece saber que permitirá ahorrar, lo cual seguramente sea verdad, pero, de nuevo, la ideología le hará a uno miope si no está dispuesto a tener en cuenta la posibilidad de desatención con el sistema de copago (y el resto de consecuencias positivas y negativas de la introducción del copago de una u otra manera y de otras alternativas de gestionar la sanidad pública).
La ideología podrá ponerse al final del análisis. Cuando hayamos detectado todos los pros y contras de las medidas. Las muertes evitadas tal vez sean pocas y pese más la ética de respetar la vida humana y, ahora sí, estamos en contra de la pena de muerte. O tal vez pensemos que por pocas que sean las vidas que salvamos, estas tienen más peso que la muerte del sátrapa. Eso es sí que es ideología. Hablé de estas cosas aquí.
El proponer la ideología como manera de elegir sin datos se me asemeja a la manera de tapar huecos en el conocimiento que se atribuye a menudo la religión. ¿No sabemos una cosa? pues dios lo explica. Es la misma posición. Y genera el mismo tipo de prejuicios. Coincide demasiado el tener este tipo de ideologías que te resuelven la vida así, gratis y sin pensar, con el pedir más y más explicaciones cuando los datos y las teorías no son las de tu ideología y en cambio creerse casi cualquier cosa con tal que concuerde con ella.
Domingo, 25 de Marzo de 2012

La mujer del César

Cuando se conoció la noticia de que Luis de Guindos sería el Ministro de Economía del gobierno, muchos llamaron la atención sobre su pasado como Consejero Asesor y Director para España y Portugal de Lehman Brothers hasta el momento de su quiebra. Había dos cosas que no gustaban de este pasado. Una, la posible incapacidad para los negocios de de Guindos por haber colaborado con la mala gestión de la entidad financiera, en la que no voy a entrar y otra, el posible conflicto de intereses a la hora de defender los intereses de todos que pueda tener alguien que viene del sector financiero privado.
Esto segundo no debería ser un problema. El problema de verdad sucede cuando un alto cargo de la Administración pública sabe que muy probablemente acabará cobrando de una de las grandes empresas del país. Los incentivos a hacerles la vida fácil a estas empresas son demasiado evidentes. Y el problema también sucede cuando el marido de la portavoz del gobierno es contratado por una de estas empresas, Telefónica, altamente regulada y cuyos beneficios dependen en gran medida de decisiones políticas, tan solo tres meses después de la formación del gobierno.
Había un dicho sobre la mujer del César…
Martes, 20 de Marzo de 2012

Lo confieso: soy un liberal


(Y un poco escorado a la izquierda, como habréis podido comprobar en muchos temas los lectores de este blog.)

En el día de La Pepa no está de más reivindicar el término liberal. Sí, ya sabemos que la Constitución de Cádiz hoy sería considerada bastante retrógrada, sin igualar en derechos a las mujeres, por ejemplo, o consagrando la Monarquía por la gracia de dios. Pero en su día fue una de las constituciones más avanzadas para lo que hoy en día consideramos avance. Tenía hasta su toque ingenuo, como ese Artículo 6 del Capítulo II en que señalaba la obligación de que los españoles fueran justos y benéficos.

Como buen economista (justo y benéfico) me siento liberal en el sentido que siempre ha definido mejor este término: desarrollo de las libertades individuales, incluida la económica, y rechazo de los privilegios como fuente de progreso dentro de una sociedad abierta y un estado de derecho. El apoyo al progreso y a la actividad científica, así como la amplitud de miras como para reconocer si una medida política conduce o no a los fines deseados y saber corregirse van completando el ideario liberal, tal como lo entiendo. No debería hacer falta, pero tampoco estará de más recordar la idea de un estado completamene laico y aconfesional (yo creo que es lo mismo, pero digo las dos cosas por si acaso) y la ausencia total de todo tipo de discriminación.

Es triste ver cómo a menudo se confunde el término liberal con la influencia de la escuela austriaca de pensamiento económico. En la Economía su influencia actual es prácticamente nula, sin aportaciones a la literatura académica en el último medio siglo, pero no lo es su influencia política y mediática. El pensamiento de la escuela austriaca influyó en gobernantes como Ronald Reagan o Margaret Thatcher. En España, algunos políticos como Esperanza Aguirre se declaran partidarios de esta escuela. El Instituto Juan de Mariana, Libertad Digital e Intereconomía, entre otros, son los medios que más difunden las ideas de la escuela austriaca.

Una de las paradojas que más distorsiona la visión de la Economía por gran parte del público en España, y me temo que en buena parte del mundo, es la identificación de los postulados de esta escuela con los de la práctica de la Economía académica. Demasiado a menudo se indica que el “neoliberalismo” o el movimiento “neocon” tienen su base en la Economía ortodoxa, cuando lo cierto es que tienen su base en esta escuela heterodoxa, marginal en el pensamiento económico moderno. En España, en particular, ha llegado hasta el punto que sus simpatizantes parecen haberse apropiado del término liberal, contagiando a gran parte de la sociedad, incluida la progresista, que empieza también a identificar los “liberal”, “neoliberal” y “economista ortodoxo”.
Sábado, 17 de Marzo de 2012

Twiteando en el blog



Un par de gracias:


-La palabra más larga en inglés: smiles, con una milla entre s y s.
-La más larga en español: semillas. Ganamos por una “e”.


-“Ya dice el refrán: A buen entendedor….”
-“A buen entendedor, ¿qué? ¿Qué le pasa al buen entendedor? Acaba la frase, por Tutatis”

Martes, 13 de Marzo de 2012

Narrativas de ayer y hoy



Como continuación de una entrada anterior y como respuesta a algunos comentarios en el Otto Neurath, contesté así a la pretensión de poner las narrativas en el centro del quehacer científico, al parecer como manera de explicar en qué consiste la actividad científica.

Esta cosa de las narrativas es un error profundo en el que no deberías caer. Lo estás haciendo, junto con alguno al que citas, porque no distingues la psicología, sociología o historia de la ciencia (en realidad, de los científicos) de la epistemología.

Las razones o el método sobre cómo hacen sus cosas uno, muchos o todos los científicos en particular es una cosa distinta de cómo y por qué se acaban aceptando unos u otros conocimientos. Se aceptan los que pasan el impepinable método científico, no importa lo narrativos que hayamos estado para convencer (esto importará para la historia de por qué se aceptó o tardó en hacerse más de la cuenta).

El hecho es que los científicos de cualquier ciencia intentan ser lo más rigurosos posible en sus teorías y, por tanto, intentan acercarse a los modelos formales. En muchas ciencias no se podrán acercar mucho y sus teorías (tus narrativas) serán relevantes si no hay otras mejores y llegarán hasta donde lleguen. Te he puesto el caso de la evolución y a pesar de que, contrariamente a darte la razón, te la quita, tú inamovible.

Cuando me pasé hace dos años mi año sabático en Los Ángeles tuve de vecino a un famoso antropólogo (el mayor especialista en primeros contactos con tribus aisladas en el Amazonas). No solo era mi vecino, sino que estaba invitado por el departamento de Economía porque estaba interesado en la metodología de experimentos. Pues bien, en todas las conversaciones y en toda la interacción dentro del departamento quedaba clara la obsesión suya como la de cualquier antropólogo por las definiciones rigurosas de actores y procesos.

Precisamente me decía cómo Jared Diamond, aunque respetado, hacía algo demasiado parecido a una narrativa y demasiado poco riguroso en sus definiciones. Parece que algo ha encontrado, decía, pero que debe ser demostrado con más rigor. Según él es la percepción general entre los antropólogos. Y esa es una de las ciencias con más papeletas para caer en las narrativas.

En Economía tenemos demasiados ejemplos de narrativas funestas como para estar bien vacunados. En psicología dieron lugar a los disparates del psicoanálisis o de las lobotomías.

Afortunadamente, se están erradicando. Excepto en filosofía, donde abundan los ladrones que creen que todos son de su condición.

Si vas a defender las narrativas, asegúrate de que no tienes a todo el quehacer de la buena ciencia en tu contra. Mala, muy mala epistemología.

Domingo, 11 de Marzo de 2012

Escépticos en el pub. Marzo de 2012.

Hoy vuelve a tocar Escépticos en el Pub. El ponente en esta ocasión será Javier de la Cueva, abogado especialista en propiedad intelectual, quien nos cuenta lo siguiente sobre su charla:

Repasaremos de una manera muy pedagógica qué es la propiedad intelectual, qué derechos la componen y qué papel juegan las entidades de gestión de las que la más conocida es la SGAE. Hablaremos de los juicios que la industria y las entidades de gestión han interpuesto contra los ciudadanos y cómo en la actualidad la acción política se está desarrollando en entornos regidos por este tipo de propiedad y qué están haciendo los hackers para evitarlo.

La charla tendrá lugar en el pub The Irish Corner de Madrid (C/ Arturo Soria, 6) a las 19:30.
Es uno de los temas favoritos de este blog, a pesar de que hace tiempo que no lo trate. Nos vemos.
Jueves, 8 de Marzo de 2012

Pregunta #5. Los criterios mínimos.

Sigamos el esquema planteado hace un par de semanas. En Economía tenemos un objeto de estudio (pregunta #1) y regularidades. Algunas de estas regularidades se agrupan en leyes (preguntas #2 y #3). Las leyes se explican por teorías (#4, que en la entrada apareció como #3). La Econometría ayuda a indagar sobre si se cumplen o no y en qué medida las teorías y para discernir entre hipótesis alternativas.
La pregunta #5 del esquema se refería a si la Economía cumple los mínimos de cualquier teoría tal y como se requiere en epistemología. Una teoría debe ser:
Consistente: la teoría no debe contradecir las reglas de la lógica y las matemáticas. Las teorías económicas cumplen eso.
Sinóptica (la navaja de Ockham): Las teorías económicas parten de unos pocos principios. Por ejemplo, la teoría del consumidor usada en la Teoría del Equilibrio General solo requiere que el consumidor tenga preferencias completas y transitivas, que siempre haya algo que quiera consumir y que no vaya contra sus preferencias.
Contrastable (no confundir con validada o falsable). Los elementos de la teoría deben tener su identificación en la realidad (debemos saber de qué estamos hablando). También se cumple. Ejemplo: Los puntos de la función de oferta se corresponden con costes marginales.
Con poder de explicación (falsables a la Popper): No todo lo expresable en el lenguaje de la teoría es el caso. Deben poder ocurrir cosas que no puedan pasar según la teoría (quizá en términos probabilísticos). Las teorías económicas dicen que lo que es el caso son los puntos alrededor del equilibrio. No los demás.
Los criterios son mínimos, solo para empezar a hablar. Ejemplos de teorías que satisface todos los criterios son el lamarckismo o el geocentrismo. Lo interesante de estos criterios es que permiten analizar la teoría que los satisface y validarla o refutarla. Las teorías conspiratorias no son sinópticas, la astrología no es falsable, la teoría de la energía Qi no es contrastable.
Ni que decir tiene, todas las teorías científicas cumplen los cuatro requisitos.
Domingo, 4 de Marzo de 2012

Por culpa de dios

En la lengua castellana tenemos unas cuantas expresiones cuyo significado original ha quedado totalmente desplazado, mientras que otras son simples muletillas a las que ni siquiera prestamos atención. A mí me gusta, de vez en cuando, fastidiar un poco con algunas de ellas, sobre todo las religiosas. Tenemos a dios en el “adiós”, en “pordiosero” y seguramente en unas cuantas más.
Yo mismo digo “gracias a dios” o “si dios quiere” como una manera de hablar, pero a veces me entretengo en tomar al pie de la letra esta expresión si la usa la persona con la que hablo. Me dice alguien que en su casa él y su mujer han cogido la gripe, pero que gracias a dios, el niño está bien y enseguida me sale decir “pues en la mía, por culpa de dios, también la hemos cogido”, o algo así.
Y es lo que planteo en la entrada de hoy. Ya que está difícil eliminar la expresión “gracias a dios”, propongo contrarrestarla un poco añadiendo esta otra al vocabulario: “por culpa de dios”. Cuidado cómo se dice, porque si tu interlocutor dice “gracias a dios” para referirse a lo bueno que le pasa a él y tú respondes con “por culpa de dios” para lo malo que te pasa a ti, uno podría ver algo de justicia divina en el diálogo. Mejor usar el “por culpa de dios” para hablar en segunda o tercera persona. Recuerdo que lo mío era por fastidiar un poco.
Jueves, 1 de Marzo de 2012

Pregunta #3. Las teorías económicas

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Entre todas las entradas de Economía he mostrado que existen unas cuantas regularidades en el comportamiento económico de los individuos y he dado varios ejemplos. Hay quien no ve suficiente generalidad en estas regularidades como para que la Economía sea llamada ciencia. No me interesa la semántica, yo ya he dicho en qué sentido uso la palabra ciencia: el que se refiere a determinar usando el mayor cuidado posible (esto es el método científico) cuándo una hipótesis, ley o teoría cuenta con una mayor o menor evidencia a su favor que otra alternativa. Con esto basta para el propósito, también explicitado, de apoyar políticas basadas en la evidencia.
Repaso algunas regularidades e introduzco otras como ejemplo:
-Los individuos quieren sacarle el mayor partido a su renta.
-Los individuos prefieren “suavizar” el consumo a lo largo de su vida.
-En algunos casos, los mercados son capaces de resolver problemas de abastecimiento de bienes y servicios (nadie planifica qué ropa entra y sale de una ciudad y sin embargo las tiendas están abastecidas).
-En otros casos, la libre decisión de los individuos no parece llevar a un buen uso de los recursos (el problema de los comunes, por ejemplo).
-El intento de poner un precio máximo en un mercado, en lugar de favorecer a las personas de menos recursos, genera una escasez de ese bien y su desplazamiento al mercado negro, donde el precio es mayor.
-La apertura al mercado exterior es una fuente adicional de riqueza.
-La competencia entre empresas hace aumenta la calidad de los productos.
Hay muchas más regularidades de este tipo. Muchos fenómenos, algunos de ellos aparentemente contradictorios (a veces la libertad de empresa lleva a un buen resultado, a veces no). El siguiente paso es resumira algunas regularidades como leyes (las que se dejan, después de hacer un contraste empírico para evitar sesgos y correlaciones espúrias) y construir una teoría que explique esas leyes. Por supuesto, ha de ser consistente con las regularidades encontradas y ha de permitir encontrar alguna otra.
Las leyes que enuncia la Economía son del tipo:
-Ley de la oferta: la oferta es una función no decreciente en el precio.
-Ley de la demanda: la demanda es una función no creciente en el precio.
-Ley de la renta permanente (por razones históricas se quedó con el nombre de hipótesis): los individuos prefieren “suavizar” sus consumos a lo largo del tiempo.
Hay algunas más, claro está. Todas estas leyes se pueden recoger en una teoría. De hecho, se puede recoger en varias, cada una algo más general que la anterior (cuando se llega a un nivel de más complicación, habrá teorías alternativas que todavía andan compitiendo entre sí). Una de las teorías o modelos más sencillos es el llamado modelo de oferta-demanda (no recoge, por ejemplo, la ley de la renta permanente). Es un modelo estático y parcial (solo estudia un mercado cada vez). El modelo estándar, que recoge el anterior como un caso particular, es la Teoría (o modelo) del Equilibrio General es todavía más básico, en el sentido de que toma como punto de partida menos supuestos y deduce, no postula, las leyes de la oferta y la demanda. Este modelo comienza estudiando los mercados competitivos. Es un modelo ideal, los mercados perfectamente competitivos no existen, ya lo sabemos. Enuncia una serie de proposiciones que no se encontraban en las regularidades ni en las leyes y que son susceptibles de contraste empírico. Las más importantes son:
1. En ausencia de externalidades, bienes públicos y problemas de información, los mercados competitivos son eficientes.
2. En las mismas condiciones anteriores (y alguna otra más técnica), cualquier asignación eficiente (cualquier manera eficiente de producir y repartir lo producido) puede ser implementada en un mercado competitivo cambiando adecuadamente las posiciones de partida de los individuos (en el lenguaje económico, sus dotaciones iniciales).
3. Los mercados competitivos necesitan de la cantidad de información menor posible con la que puede funcionar eficientemente cualquier mecanismo económico.
El resultado 1 dice que los mercados competitivos permiten aprovechar y repartir los recursos de manera no mejorable (en el sentido de producir más o dar más a cada uno) por ningún otro sistema.
El resultado 2 dice que el problema de la eficiencia y de la equidad se pueden separar. Cualquier asignación equitativa que uno tenga en mente puede llevarse a cabo en un sistema de mercado, pero para ello habrá que realizar transferencias de renta de unos a otros. Esto tiene como corolario que para luchar contra las desigualdades son mejores las políticas de transferencia de rentas que las de alterar políticamente los precios. (Puede haber otras políticas mejores todavía, pero hace falta un modelo más amplio: aquí se puede ver el tema con algo más de detalle.)
El resultado 3 dice que el mercado es un sistema muy robusto por su manera descentralizada de manejar la información. Un mercado que funcione mal no genera cuellos de botella en otros (no más, por lo menos, que comparado con cualquier otro sistema y mucho menos que comparado con muchos otros).
Además de lo anterior, los mercados se muestran muy robustos frente a las imperfecciones del mercado. Quiere decir esto que mercados no perfectamente competitivos, pero sí “bastante” competitivos, se portan “bastante parecido” a los mercados perfectamente competitivos.
Hay otros resultados que se obtienen al estudiar el modelo. Por ejemplo, uno que he señalado alguna vez, que da igual sobre quién recae un impuesto (comprador o vendedor), quien lo acaba pagando depende no de eso, sino de las características de las funciones de oferta y demanda (sus elasticidades). Es, por otra parte, una predicción fácil de mostrar experimentalmente. Otra consecuencia interesante de este modelo es que la apertura al comercio exterior puede equiparse a un tipo de progreso tecnológico. También son observables las consecuencias parecidas de ambos fenómenos.
¿Ya está?
Ni mucho menos. Esta es solo la primera lección. A continuación vienen todas las lecciones sobre lo que pasa cuando no se dan las condiciones que hacen buenos los mercados competitivos. Así que de considerar sacrosantos a los mercados, nada de nada. La Economía no va de eso.
Pero estaría bien que quien critica a la Economía muestre si es capaz de generar un modelo que dé cuenta de tantas regularidades como explica siquiera el modelo sencillo de oferta-demanda, no ya el de Equilibrio General. El premio para quien lo consiga es el Nobel.
Martes, 28 de Febrero de 2012

Pregunta #2. Sobre las regularidades económicas


Sigamos con la lista de preguntas planteada hace tres entradas.

Sin regularidades en el objeto de estudio no hay ciencia posible. La aleatoriedad de los sucesos o su carácter caótico (en el sentido matemático del término), por sí solos, no tienen por qué impedir la existencia de regularidades. La regularidad puede darse en términos estadísticos o en forma de existencia de tipos de atractores. Tan aleatorio es que salga cara con probabilidad 1/2 que con probabilidad 2/3. Ambas probabilidades nos darán regularidades y, la segunda, la posibilidad de mejores predicciones.
No voy, de momento, a listar las regularidades encontradas en la economía, sino a mostrar por dónde se pueden buscar y qué hacer para confirmar o rechazar que, efectivamente, sean regularidades.
Me restringiré a la asignación de recursos en las sociedades humanas (aunque podríamos hacer algo parecido con los hormigueros -no humanos- o con Robinson Crusoe -humano, pero no sociedad). Cualquier manera de usar los recursos debe resolver dos problemas, el de la producción y el del consumo. Qué producir, por quiénes y qué consumir y por quiénes. Así que vayamos a husmear en regularidades en la manera en que se han enfrentado los seres humanos a estos problemas.
Las primeras cosas que observar serán generales, por aquí hay sociedades más prósperas, por allá las hay más pobres. Aquí abundan unas desigualdades, allá, menos. Aquí hay unos mecanismos económicos, allá hay otros. Aquí una sociedad hizo un cambio y ocurrió tal cosa, allá también, más allá tras ese mismo cambio ocurrió otra cosa. ¿Podemos pasar de hablar de observaciones de hechos a observaciones de regularidades? La descripción de los hechos no implica más que su listado, las regularidades implican haber aceptado algún tipo de causalidad (aunque esta se nos escape).
¿Cuál es la regularidad relevante? He aquí una lista (no exhaustiva) de hechos candidatos a regularidades:
-Los países más prósperos tienden a ser protestantes
-Los países más prósperos tienden a estar en climas templados
-Los países más prósperos tienden a tener economías de mercado
-Los países más prósperos tienden a tener un pasado colonialista
-Los países más prósperos tienden a ser democráticos
-Los países más prósperos tienden a tener ciudadanos más educados
¿Podemos hacer algo para considerar unos de estos candidatos como más dignos de ser considerados regularidades? Recordemos que, implícitamente, implica reconocer una causa, aunque no esté del todo entendida y que esto, a su vez implicará que tal vez podamos prever (de haber acertado con la regularidad) una tendencia futura. Por ejemplo, podemos recomendar la conversión de unas sociedades al protestantismo y ver qué pasa, aunque difícilmente podemos recomendar el traslado de un país fuera del trópico.
Frente a estas posibles (en caso de existir) regularidades tan generales podremos buscar regularidades más concretas. He aquí otros ejemplos. Los pongo en preguntas porque, al contrario de las anteriores, que son conocidas de todos, estas suelen ser más desconocidas, así que no voy a presumir de saber ya la correlación que pueda dar pie o no a una regularidad.
La calidad de la educación (a la vez recurso humano para el trabajo y fin en sí mismo) tiende a ser mayor en sociedades con…
-… un sistema público de educación fuerte
-… un sistema público de educación poco importante
-… un sistema que separa por sexos en el aula
-… un sistema de educación que premia la excelencia
-… un sistema de educación que evalúa a los profesores según resultados
-… un sistema que permite la elección de centro
-… un sistema que usa el mecanismo del bono escolar
De momento dejo estas cuestiones abiertas. No me interesa tanto responder ahora a los dos ejemplos sino dejar abierta la discusión sobre qué tipo de datos querríamos y podríamos tener para dar más validez a alguna de estas posibles regularidades que a otras. Tal vez habrá que empezar por definir mejor qué es eso de sociedades prósperas y qué es eso de calidad de educación. No nos liemos demasiado en esto. Aunque haya distintas definiciones que puedan matizar muchas cosas, creo que podemos usar, para empezar, una definición amplia.