Archivos del Autor

Miercoles, 16 de Septiembre de 2009

Por qué no soy cristiano, por Bertrand Rusell (1927) – 5ª parte

El carácter de Cristo
Ahora tengo que decir unas pocas palabras acerca de un asunto que creo que no ha sido suficientemente tratado por los racionalistas, y que es la cuestión de si Cristo era el mejor y el más sabio de los hombres. Generalmente, se da por sentado que todos debemos estar de acuerdo en que era así. Yo no lo estoy. Creo que hay muchos puntos en que estoy de acuerdo con Cristo, muchos más que aquellos en que lo están los cristianos profesos. No sé si podría seguirle todo el camino, pero iría con Él mucho más lejos de lo que irían la mayoría de los cristianos profesos. Recuérdese que Él dijo: «Yo, empero, os digo, que no hagáis resistencia al agravio; antes, si alguno te hiriese en la mejilla derecha, vuelve también la otra.» No es un precepto ni un principio nuevos. Lo usaron Lao-Tsé y Buda quinientos o seiscientos años antes de Cristo, pero este principio no lo aceptan los cristianos. No dudo que el actual primer ministro2, por ejemplo, es un cristiano muy sincero, pero no les aconsejo que vayan a abofetearlo. Creo que hallarían que él pensaba que el texto tenía un sentido figurado.
Luego, hay otro punto que considero excelente. Se recordará que Cristo dijo: «No juzguéis a los demás si no queréis ser juzgados.» Ese principio creo que no se hallará en los tribunales de los países cristianos. Yo he conocido en mi tiempo muchos jueces que eran cristianos sinceros, y ninguno de ellos creía que actuaba en contra de los principios cristianos haciendo lo que hacia. Luego Cristo dice: «Al que te pide, dale: y no le tuerzas el rostro al que pretenda de ti algún préstamo.» Ese es un principio muy bueno. El presidente ha recordado que no estamos aquí para hablar de política, pero no puedo menos de observar que las últimas elecciones generales se disputaron en torno a lo deseable que era torcer el rostro al que pudiera pedirnos un préstamo, de modo que hay que suponer que los liberales y los conservadores de este país son personas’ que no están de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, porque, en dicha ocasión, se apartaron definitivamente de ellas. Luego, hay otra máxima de Cristo que yo considero muy valiosa, pero que no es muy popular entre algunos de nuestros amigos cristianos. Él dijo: «Si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes y dáselo a los pobres.» Es una máxima excelente, pero, como dije, no se practica mucho. Considero que todas estas máximas son buenas, aunque un poco difíciles de practicarse. Yo no hago profesión de practicarlas; pero, después de todo, no es lo mismo que si se tratase de un cristiano.
Defectos en las enseñanzas de Cristo
Concediendo la excelencia de estas máximas, llego a ciertos puntos en los cuales no creo que uno pueda ver la superlativa virtud ni la superlativa bondad de Cristo, como son pintadas en los Evangelios; y aquí puedo decir que no se trata de la cuestión histórica. Históricamente, es muy dudoso el que Cristo existiera, y, si existió, no sabemos nada acerca de Él, por lo cual no me ocupo de la cuestión histórica que es muy difícil. Me ocupo de Cristo tal como aparece en los Evangelios, aceptando la narración como es, y allí hay cosas que no parecen muy sabias. Una de ellas es que Él pensaba que Su segunda venida se produciría, en medio de nubes de gloria, antes que la muerte de la gente que vivía en aquella época. Hay muchos textos que prueban eso. Dice, por ejemplo: «No acabaréis de pasar por las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre.» Luego dice: «En verdad os digo que hay aquí algunos que no han de morir antes que vean al Hijo del hombre aparecer en el esplendor de su reino»; y hay muchos lugares donde está muy claro que Él creía que su segundo advenimiento ocurriría durante la vida de muchos que vivían entonces. Tal fue la creencia de sus primeros discípulos, y fue la base de una gran parte de su enseñanza moral. Cuando dijo: «No andéis, pues, acongojados por el día de mañana» y cosas semejantes, lo hizo en gran parte porque creía que su segunda venida iba a ser muy pronto, y que los asuntos mundanos ordinarios carecían de importancia. En realidad, yo he conocido a algunos cristianos que creían que la segunda venida era inminente. Yo conocí a un sacerdote que aterró a su congregación diciendo que la segunda venida era inminente, pero todos quedaron muy consolados al ver que estaba plantando árboles en su jardín. Los primeros cristianos lo creían realmente, y se abstuvieron de cosas como la plantación de árboles en sus jardines, porque aceptaron de Cristo la creencia de que la segunda venida era inminente. En tal respecto, evidentemente, no era tan sabio como han sido otros, y desde luego, no fue superlativamente sabio.
El problema moral
Luego, se llega a las cuestiones morales. Para mí, hay un defecto muy serio en el carácter moral de Cristo, y es que creía en el infierno. Yo no creo que ninguna persona profundamente humana pueda creer en un castigo eterno. Cristo, tal como lo pintan los Evangelios, sí creía en el castigo eterno, y uno halla repetidamente una furia vengativa contra los que no escuchaban sus sermones, actitud común en los predicadores y que dista mucho de la excelencia superlativa. No se halla, por ejemplo, esa actitud en Sócrates. Es amable con la gente que no le escucha; y eso es, a mi entender, más digno de un sabio que la indignación. Probablemente todos recuerdan las cosas que dijo Sócrates al morir y lo que decía generalmente a la gente que no estaba de acuerdo con él. Se hallará en el Evangelio que Cristo dijo: «¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo será posible que evitéis el ser condenados al fuego del infierno?» Se lo decía a la gente que no escuchaba sus sermones. A mi entender este no es realmente el mejor tono, y hay muchas cosas como éstas acerca del infierno. Hay, claro está, el conocido texto acerca del pecado contra el Espíritu Santo: «Pero quien hablase contra el Espíritu Santo, despreciando su gracia, no se le perdonará ni en esta vida ni en la otra». Ese texto ha causado una indecible cantidad de miseria en el mundo, pues las más diversas personas han imaginado que han cometido pecados contra el Espíritu Santo y pensado que no serían perdonadas en este mundo ni en el otro. No creo que ninguna persona un poco misericordiosa ponga en el mundo miedos y terrores de esta clase.
Luego, Cristo dice: «Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y quitarán de su reino a todos los escandalosos y a cuantos obran la maldad; y los arrojarán en el horno del fuego: allí será el llanto y el crujir de dientes.» Y continúa extendiéndose con los gemidos y el rechinar de dientes. Esto se repite en un versículo tras otro, y el lector se da cuenta de que hay un cierto placer en la contemplación de los gemidos y el rechinar de dientes’, pues de lo contrario no se repetiría con tanta frecuencia, Luego, todos ustedes recuerdan, claro está, lo de las ovejas y los cabritos; cómo, en la segunda venida, para separar a las ovejas y a los cabritos dirá a éstos: «Apartaos de mi, malditos: id al fuego eterno.» Y continúa: «Y éstos irán al fuego eterno.» Luego, dice de nuevo: «Y si es tu mano derecha la que te sirve de escándalo o te incita a pecar, córtala y tírala lejos de ti; pues mejor te está que perezca uno de tus miembros, que no el que vaya todo tu cuerpo al infierno, al fuego que no se extingue jamás.» Esto lo repite una y otra vez. Debo declarar que toda esta doctrina, que el fuego del infierno es un castigo del pecado, es una doctrina de crueldad. Es una doctrina que llevó la crueldad al mundo y dio al mundo generaciones de cruel tortura; y el Cristo de los Evangelios, si se le acepta tal como le representan sus cronistas, tiene que ser considerado en parte responsable de eso.
Hay otras cosas de menor importancia. Está el ejemplo de los puercos de Gadar, donde ciertamente no fue muy compasivo para los puercos el meter diablos en sus cuerpos y precipitarlos colina abajo hasta el mar. Hay que recordar que SI era omnipotente, y simplemente pudo hacer que los demonios se fueran; pero eligió meterlos en los cuerpos de los cerdos. Luego está la curiosa historia de la higuera, que siempre me ha intrigado. Recuerdan lo que ocurrió con la higuera. «Tuvo hambre. Y como viese a lo lejos una higuera con hojas, encaminose allá por ver si encontraba en ella alguna cos-a: y llegando, nada encontró sino follaje; porque no era aún tiempo de higos; y hablando a la higuera le dijo: “Nunca jamás coma ya nadie fruto de ti”… y Pedro… le dijo: “Maestro, mira cómo la higuera que maldijiste se ha secado.”» Esta es una historia muy curiosa, porque aquella no era la época de los higos, y en realidad, no se puede culpar al árbol. Yo no puedo pensar que, ni en virtud ni en sabiduría, Cristo esté tan alto como otros personajes históricos. En estas cosas, pongo por encima de Él a Buda y a Sócrates.
Lunes, 14 de Septiembre de 2009

Nº 42: Apócrifos I: Los pájaros de barro y la higuera seca

Hace tiempo participé en un blog en el que se comparaba el tratamiento que se da a las mujeres en el judaismo, el cristianismo y el islam. En mi comentario cité los pasajes del Nuevo Testamento que aparecen en el post sobre el machismo de las religiones. Una de las participantes en ese blog contestó diciendo que para ella esas afirmaciones no eran realmente de San Pablo (el supuesto autor de esos libros) sino que eran falsamente atribuidas a él. Yo expresé mi sorpresa por su capacidad para discernir que partes de un mismo libro correspondían a su supuesto autor y cuales eran añadidos de otros (que curiosamente coincidían con aquellas que no le gustaban), del mismo modo que aquellos “sabios” del siglo IV habían decretado que textos sobre Jesús y los primeros cristianos debían aparecer en el Nuevo Testamento, dada su inspiración divina, y cuales no. Su respuesta fue igualmente sorprendente ya que para ella una de las principales razones para descartar la credibilidad de los evangelios apócrifos es que en ellos Jesús hace milagros inútiles y superficiales. Supongo que, una vez más, nos encontramos ante una cristiana que no ha leído la Biblia. Para demostrarlo comparo a continuación un pasaje del Evangelio apócrifo de Pseudo Tomás y un pasaje del Evangelio de Marcos (que también aparece en el de Mateo).
LOS PÁJAROS DE BARRO (Apócrifo de Pseudo Tomás)
El niño Jesús, cuando tenía 5 años, estaba jugando en la orilla de un arroyo; acumulaba el agua de la corriente en charcos y la volvía clara inmediatamente y hacía que le obedeciese con una sola palabra suya. Habiendo hecho algo de arcilla, modeló doce gorriones. Era sábado cuando hizo estas cosas. Y había muchos otros niños jugando con Él. Un judío, viendo lo que Jesús estaba haciendo, jugar durante el sábado, fue inmediatamente donde su padre José y le dijo, tu hijo está en el arroyo, y a tomado arcilla, y ha hecho doce pájaros con ella, y ha profanado el sábado. Y José, llegando al lugar y viendo aquello, le gritó diciendo ¿por qué haces el sábado lo que no esta permitido hacer? y Jesús dando palmas gritó a los gorriones diciéndoles: ¡marchaos! y los gorriones volaron y se fueron llorando. Y los judios se maravillaron viendo esto y fueron a contárselo a sus jefes.
LA HIGUERA SECA (Marcos 11: 12-22) (Mateo 21:19-21)
Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!» Y sus discípulos oían esto. […]. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad. Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca.» Jesús les respondió: «Tened fe en Dios».
¿Cuál de los dos milagros es más inútil y superficial? ¿echar a volar doce pájaros de barro o secar una higuera por no dar higos fuera de temporada?
Sábado, 12 de Septiembre de 2009

Por qué no soy cristiano, por Bertrand Rusell (1927) – 4ª parte

EL ARGUMENTO DEL PLAN
El paso siguiente nos lleva al argumento del plan. Todos conocen el argumento del plan: todo en el mundo está hecho para que podamos vivir en él, y si el mundo variase un poco, no podríamos vivir. Ese es el argumento del plan. A veces toma una forma curiosa; por ejemplo se argüyó que los conejos tienen las colas blancas con el fin de que se pueda disparar más fácilmente contra ellos. Es fácil parodiar este argumento. Todos conocemos la observación de Voltaire de que la nariz estaba destinada a sostener las gafas. Esa clase de parodia no ha resultado tan desatinada como parecía en el siglo XIII, porque, desde Darwin, entendemos mucho mejor por qué las criaturas vivas se adaptan al medio. No es que el medio fuera adecuado para ellas, sino que ellas se hicieron adecuadas al medio, y esa es la base de la adaptación. No hay en ello ningún indicio de plan. Cuando se examina el argumento del plan, es asombroso que la gente pueda creer que este mundo, con todas las cosas que hay en él, con todos sus defectos, fuera lo mejor que la omnipotencia y la omnisciencia han logrado producir en millones de años. Yo realmente no puedo creerlo. Creen que, si tuvieran la omnipotencia y la omnisciencia y millones de años para perfeccionar el mundo, no producirían nada mejor que el Ku-Klux-Klan o los fascistas? Además, si se aceptan las leyes ordinarias de la ciencia, hay que suponer que la vida humana y la vida en general de este planeta desaparecerán a su debido tiempo: es una fase de la decadencia del sistema solar; en una cierta fase de decadencia se tienen las condiciones y la temperatura adecuadas al protoplasma, y durante un corto período hay vida en la vida del sistema solar. La luna es el ejemplo de lo que le va a pasar a la tierra; se va a convertir en algo muerto, frío y sin vida.
Me dicen que este criterio es deprimente, y que si la gente lo creyese no tendría ánimo para seguir viviendo. Eso es una tontería. Nadie se preocupa por lo que va a ocurrir dentro de millones de años. Aunque crean que se están preocupando por ello, en realidad se engañan a sí mismos. Se preocupan por cosas mucho más mundanas aunque sólo sea una mala digestión; pero nadie es realmente desdichado al pensar lo que le va a ocurrir a este mundo dentro de millones de años. Por lo tanto, aunque es una triste opinión el suponer que va a desaparecer la vida —al menos, se puede pensar así, aunque, a veces, cuando contemplo las cosas que hace la gente con su vida, es casi un consuelo—, no es lo bastante para hacer la vida miserable. Sólo hace que la atención se vuelva hacia otras cosas.
LOS ARGUMENTOS MORALES DE LA DEIDAD
Ahora llegamos a una fase más allá en lo que yo llamaré la incursión intelectual que los teístas han hecho en sus argumentaciones, y nos vemos ante los llamados argumentos morales de la existencia de Dios. “Saben, claro está, que antiguamente solía haber tres argumentos intelectuales de la existencia de Dios, los cuales fueron suprimidos por Kant en la Critica de la Razón Pura; pero no bien había terminado con estos argumentos cuando encontró otro nuevo, un argumento moral, que le convenció. Era como mucha gente: en las materias intelectuales era escéptico, pero en las morales creía implícitamente en las máximas que su madre le había enseñado. Eso ilustra lo que los psicoanalistas ponen tanto de relieve: la fuerza inmensamente mayor que tienen en nosotros las asociaciones primitivas sobre las posteriores.
Kant. como dije, inventó un nuevo argumento moral de la existencia de Dios, el cual en diversas formas fue extremadamente popular durante el siglo XIX. Tiene toda clase de formas. Una de ellas es decir que no habría bien ni mal si Dios no existiera. Por el momento no me importa el que haya o no una diferencia entre el bien o el mal: esa es otra cuestión. Lo que me importa es que, si se está plenamente convencido de que hay una diferencia entre el bien y el mal entonces uno se encuentra en esta situación: ¿esa diferencia se debe o no al mandato de Dios? Si se debe al mandato de Dios, entonces para Dios no hay diferencia entre el bien y el mal, y ya no tiene significado la afirmación de que Dios es bueno. Si se dice, como hacen los teólogos, que Dios es bueno, entonces hay que decir que el bien y el mal deben tener un significado independiente del mandato de Dios, porque los mandatos de Dios son buenos y no malos independientemente del mero hecho de que Él los hiciera. Si se dice eso, entonces hay que decir que el bien y el mal no se hicieron por Dios, sino que son en esencia lógicamente anteriores a Dios. Se puede, claro está, si se quiere, decir que hubo una deidad superior que dio órdenes al Dios que hizo este mundo, o, para seguir el criterio de algunos gnósticos —un criterio que yo he considerado muy plausible—, que, en realidad, el mundo que conocemos fue hecho por el demonio en un momento en que Dios no estaba mirando. Hay mucho que decir en cuanto a esto, y no pienso refutarlo.
EL ARGUMENTO DEL REMEDIO DE LA INJUSTICIA
Luego hay otra forma muy curiosa de argumento moral que es la siguiente: se dice que la existencia de Dios es necesaria para traer la justicia al mundo. En la parte del universo que conocemos hay gran injusticia, y con frecuencia sufre el bueno, prospera el malo, y apenas se sabe qué es lo más enojoso de todo esto; pero si se va a tener justicia en el universo en general, hay que suponer una vida futura para compensar la vida de la tierra. Por lo tanto, dicen que tiene que haber un Dios, y que tiene que haber un cielo y un infierno con el fin de que a la larga haya justicia. Ese es un argumento muy curioso. Si se mira el asunto desde un punto de vista científico, se diría: «Después de todo, yo sólo conozco este mundo. No conozco el resto del universo, pero, basándome en probabilidades, puedo decir que este mundo es un buen ejemplo, y que si hay injusticia aquí, lo probable es que también haya injusticia en otra parte». Supongamos que se tiene un cajón de naranjas, y al abrirlas la capa superior resulta mala; uno no dice: «Las de abajo estarán buenas en compensación.» Se diría: «Probablemente todas son malas); y eso es realmente lo que una persona científica diría del universo. Diría así: «En este mundo hay gran cantidad de injusticia y esto es una razón para suponer que la justicia no rige el mundo; y en este caso proporciona argumentos morales contra la deidad, no en su favor.» Claro que yo sé que la clase de argumentos intelectuales de que he hablado no son realmente los que mueven a la gente. Lo que realmente hace que la gente crea en Dios no son los argumentos intelectuales. La mayoría de la gente cree en Dios porque les han enseñado a creer desde su infancia, y esa es la razón principal. Luego, creo que la razón más poderosa e inmediata después de ésta es el deseo de seguridad, la sensación de que hay un hermano mayor que cuidará de uno. Esto desempeña un papel muy profundo en provocar el deseo de la gente de creer en Dios.
Jueves, 10 de Septiembre de 2009

Por qué no soy cristiano, por Bertrand Russell (1927) – 3ª parte

EL ARGUMENTO DE LA LEY NATURAL
Luego hay un argumento muy común derivado de la ley natural. Fue un argumento favorito durante el siglo XVIII, especialmente bajo la influencia de Sir Isaac Newton y su cosmogonía. La gente observó los planetas que giraban en torno del sol, de acuerdo con la ley de gravitación, y pensó que Dios había dado un mandato a aquellos planetas para que se moviesen así y que lo hacían por aquella razón. Aquella era, claro está, una explicación sencilla y conveniente que evitaba el buscar nuevas explicaciones de la ley de la gravitación en la forma un poco más complicada que Einstein ha introducido. Yo no me propongo dar una conferencia sobre la ley de la gravitación, de acuerdo con la interpretación de Einstein, porque eso también llevaría algún tiempo; sea como fuere, ya no se trata de la ley natural del sistema newtoniano, donde, por alguna razón que nadie podía comprender, la naturaleza actuaba de modo uniforme. Ahora sabemos que muchas cosas que considerábamos como leyes naturales son realmente convencionalismos humanos. Sabemos que incluso en las profundidades más remotas del espacio estelar la yarda sigue teniendo tres pies. Eso es, sin duda, un hecho muy notable, pero no se le puede llamar una ley natural. Y otras muchas cosas que se han considerado como leyes de la naturaleza son de esa clase. Por el contrario, cuando se tiene algún conocimiento de lo que los átomos hacen realmente, se ve que están menos sometidos a la ley de lo que se cree la gente y que las leyes que se formulan no son más que promedios estadísticos producto del azar. Hay, como es sabido, una ley según la cual en los dados sólo se obtiene el seis doble aproximadamente cada treinta y seis veces, y no consideramos eso como la prueba de que la caída de los dados esté regulada por un plan; por el contrario, si el seis doble saliera cada vez, pensaríamos que había un plan. Las leyes de la naturaleza son así en gran parte de los casos. Hay promedios estadísticos que emergen de las leyes del azar; y esto hace que la idea de la ley natural sea mucho menos impresionante de lo que era anteriormente. Y aparte de eso, que representa el momentáneo estado de la ciencia que puede cambiar mañana, la idea de qué las leyes naturales implican un legislador se debe a la confusión entre las leyes naturales y las humanas. Las leyes humanas son preceptos que le mandan a uno proceder de una manera determinada, preceptos que pueden obedecerse o no; pero las leyes naturales son una descripción de cómo ocurren realmente las cosas y, como son una mera descripción, no se puede argüir que tiene que haber alguien que les dijo que actuasen así, porque, si arguyéramos tal cosa, nos veríamos enfrentados con la pregunta «¿Por qué Dios hizo esas leyes naturales y no otras?» Si se dice que lo hizo por su propio gusto y sin ninguna razón, se hallará entonces que hay algo que no está sometido a la ley, y por lo tanto el orden de la ley natural queda interrumpido. Si se dice, como hacen muchos teólogos ortodoxos, que, en todas las leyes divinas, hay una razón de que sean ésas y no otras —la razón, claro está, de crear el mejor universo posible, aunque al mirarlo uno no lo pensaría así—; si hubo alguna razón de las leyes que dio Dios, entonces el mismo Dios estaría sometido a la ley y, por lo tanto, no hay ninguna ventaja en presentar a Dios pomo un intermediario. Realmente, se tiene una ley exterior y anterior a los edictos divinos y Dios no nos sirve porque no es el último que dicta la ley. En resumen, este argumento de la ley natural ya no tiene la fuerza que solía tener. Estoy realizando cronológicamente mi examen de los argumentos. Los argumentos usados en favor de la existencia de Dios cambian de carácter con el tiempo. Al principio, eran duros argumentos intelectuales que representaban ciertas falacias completamente definidas. Al llegar a la época moderna, se hicieron menos respetables intelectualmente y estuvieron cada vez más influidos por una especie de vaguedad moralizadora.
Miercoles, 9 de Septiembre de 2009

Respuesta a "Creo en Dios" respecto al diseño inteligente del universo

Antes de exponer mi respuesta, y dada la brevedad necesaria en un medio como este, te recomiendo la lectura del libro “El espejismo de Dios” de Richard Dawkins, ya que todos y cada uno de los argumentos que planteas, de sobra conocidos y de sobra superados, son rebatidos de forma minuciosa y con una consistente base científica. Concretamente el capítulo 4 – Por qué casi ciertamente no existe Dios – y si te parece demasiado largo te puedes limitar a los puntos “El Boeing 747 definitivo” (página 110 del documento descargable) que equivaldría al BMW de tu alegato y “El principio antrópico: versiones planetaria y cosmológica” (página 136 del documento).
Me gustaría comenzar preguntándote por qué evitas referirte a las citas bíblicas sobre un dios sanguinario, celoso, vigilante y vengativo, dado que ese era precisamente el tema del post en el que realizaste tu primer comentario ¿por qué eludir ese debate? dices que no tendría sentido dado que yo no creo en Dios. Efectivamente, no lo hago, pero esta claro que tú sí, y además en ese mismo Dios y no en otro, por lo tanto considero de gran interés conocer tu opinión al respecto.
Pero centrándonos en el tema del origen del universo. Comienzas planteando la cuestión de la existencia de un ALGO antes del Big Bang. Evidentemente para ti ese ALGO debería ser Dios, y por lo visto la existencia eterna de Dios sin principio necesario no te plantea ninguna cuestión posterior como ¿de donde surge Dios?. Pues bien, como ya decían Bertrand Russell y Carl Sagan en referencias previas aparecidas en este blog, si aceptamos que algo puede ser eterno y sin causa o principio necesario ¿por qué no otorgar esa cualidad al universo y saltarnos el paso innecesario de Dios?. Ambas hipótesis, la existencia eterna de la materia o de Dios, plantean una dificultad en común, y es que el concepto “eterno” nos es difícil de concebir y manejar. Sin embargo, en la hipótesis de Dios nos encontramos con una dificultad añadida, sabemos que la materia y la energía existen, las vemos o experimentamos de forma constante, sin embargo no tenemos ninguna evidencia de un ser inteligente y todopoderoso que además existe de forma eterna. Siguiendo el principio de la navaja de Occam me quedo con la hipótesis más sencilla, la del universo eterno, que hace innecesaria la inclusión de un elemento externo y considerablemente improbable. Según tu teoría existe una inteligencia sobrenatural que deliberadamente diseñó y creó el universo y todo lo que hay en él; incluyéndonos a nosotros. En este caso recurro a la réplica de Dawkins:
“Cualquier inteligencia creativa, de suficiente complejidad para diseñar cualquier cosa, llega a existir sólo como el producto final de un extendido proceso de evolución gradual. Las inteligencias creativas; al ser evolucionadas, necesariamente llegan tarde en el universo, y en consecuencia no pueden ser responsables de su diseño.”
A continuación hablaré de la supuesta perfección del universo y sus constantes físicas, aparentemente diseñadas para que exista la vida. Si las constantes físicas del universo variasen ligeramente el universo sería completamente diferente, no sabemos que tipo de materia o energía resultaría de dichos cambios ni si alguna forma de vida sería posible en tales condiciones, todo serían elucubraciones sobre algo que simplemente no podemos saber, decir que un universo distinto no sería apto para algún tipo de vida es una afirmación gratuita que presupone que la vida en la tierra es la única forma de vida posible. Evidentemente, todas las formas de vida que existan en este universo en el que estamos deber ser necesariamente las formas de vida posibles bajo las constantes físicas de dicho universo. Una vez aclarado esto, centrémonos en estas constantes.
Del modo en el que expones tu argumento uno diría que el universo se reduce al planeta tierra, su satélite y la estrella al rededor de la cual gira, digamos que es una visión un tanto simplista. En el universo en el que estamos nosotros ahora mismo, originado bajo las constantes físicas vigentes, se estima que existen cientos de miles de millones de galaxias, cada una de las cuales contiene cientos de miles de millones de estrellas, por lo que siendo prudentes podemos hablar de billones de planetas. El minúsculo punto, virtualmente infinitesimal en el que tu y yo discutimos sobre Dios es uno de esos billones de puntos infinitesimales. Esas mismas constantes físicas a las que haces referencia han dado lugar a un número astronómico de condiciones distintas, planetas con órbitas que van desde las exageradamente elípticas a las casi circulares, planetas con tamaños desde gigantescos a diminutos, con temperaturas desde tremendamente altas a tremendamente bajas, muy próximos o muy distantes a su estrella de referencia, con atmósferas de una infinidad de composiciones diferentes, desde los que no tienen satélites hasta los que los tienen en gran número, etc, etc las combinaciones posibles son casi infinitas. De entre esos billones de planetas con sus billones de condiciones ambientales distintas es de esperar que un reducido número de ellos, se estima que cientos de miles de millones, presenten un ambiente amigable para la vida, en miles de millones de esos planetas aptos para la vida se habrán originado células primitivas, y algunas de esa células primitivas pueden haber evolucionado hacia células mas complejas, y de nuevo me remito a Dawkins:
“Vivimos en un planeta que es amigable a nuestro tipo de vida, y hemos visto dos razones por las cuales esto es así. Una es que la vida ha evolucionado para florecer en las condiciones proporcionadas por el planeta. Esto es debido a la selección natural. La otra razón es la antrópica. Existen miles de millones de planetas en el universo; y, sin importar cuan pequeña sea la minoría de planetas amigables a la evolución, nuestro planeta necesariamente tiene que ser uno de ellos.”
Es decir, de entre los virtualmente infinitos planetas del universo nosotros, como seres vivos evolucionados, deberemos estar necesariamente en uno de los que cumpla los requisitos ambientales para nuestro origen y evolución. Por lo tanto tus referencias a la órbita terrestre o a la órbita lunar muestran una visión muy reducida del universo. Los cuerpos celestes actuales y sus respectivas órbitas son el fruto de miles de millones de años dirigiéndose hacia un equilibrio, los cuerpos con la distancia y masa necesarias para precipitarse sobre la tierra ya lo hicieron hace miles de millones de años y los mismo pasa con los que se alejaron y acabaron precipitándose en otro cuerpo celeste a causa de su respectiva gravedad. Creo que no lo has reflexionado lo suficiente.
Para terminar citaré una referencia sobre Aristóteles que aparece en el libro de Charles Darwin “El origen de las especies”:
“La lluvia no cae más para hacer crecer la mies que para estropear el grano del labrador cuando está a la intemperie después de la trilla”
Un saludo.

Argumentos de "Creo en Dios" para el diseño inteligente del Universo

Recientemente alguien que firma con el seudónimo de “Creo en Dios” tuvo el detalle de participar en este blog y exponer sus argumentos en favor de la existencia de un diseñador inteligente del Universo. Considero que su aportación y mi respuesta merecen aparecer en un post aparte y no quedar perdidas entre los comentarios de un post antiguo y no relacionado con el tema. Dado que el objetivo principal de este blog es el debate de ideas agradezco a “Creo en Dios” su participación y agradeceré la aportación de cualquier otro interesado. “Creo en Dios” dice lo siguiente:
“Hola Alex, tienes razón, aunque al leer en la parte superior coloqué un “titulo” que dice: INTRODUCCION, esto quiere decir que aún no termino mi intervención. Como dije antes es más fácil decir por qué he decidido dejar de ser EVOLUCIONISTA y ser CRISTIANO y no lo contrario pues se presta solo para polémica y retorica de ambas partes, un debate tan interesante y serio como el que propones creo que bien merece tener todo el espacio que sea necesario y no solo debatir acerca de unas pocas citas que nos hablan acerca de un “Dios Sanguinario”, que está pendiente de en qué momento la raza humana se equivoca para CASTIGAR y lanzar rayos y centellas sobre esas pobres criaturas que están a expensas de él, por otra parte, no tiene sentido debatir las citas que tienes pues recuerda que TU no crees en la existencia de Dios, por tanto todo lo que se diga a favor o en contra simplemente no tendrá sentido, en cambio tú propones la demostración de la existencia de un Ser Divino y eso es precisamente lo que me propongo a partir del análisis científico, pues contrario a ti (que lo rebajas a la altura de un cuento de hadas) yo he encontrado que la Ciencia APOYA la existencia de Dios, Jehová, Yahwe, Ala, Elohin o como quieras llamarlo. Además en este caso me gusta más tu terreno, pues es, te aseguro, mucho más interesante para los que leen este blog.

Retomando el tema, para hablar acerca de la teoría de la evolución, primero debemos hablar acerca de la teoría del Big Bang (pues antes de existir el proconsul o cualquier otro homínido, debió suceder el GENESIS u origen de todo), la cual simplifica el origen del universo así: “el universo comenzó a existir luego del llamado Big Bang (‘Gran Explosión’), acontecimiento de inimaginables proporciones que dispersó un punto extraordinariamente denso, donde estaban contenidos el espacio, la materia y el tiempo. La materia y la energía resultantes de la explosión cayeron progresivamente bajo la gravedad. Se iniciaron núcleos de concentración de materia que originaron todos los cuerpos que la moderna astronomía ha logrado identificar.” ¿Qué quiere decir esto?, quiere decir que antes DEL TODO, había ALGO. Esto es muy interesante, pues llegamos al mismo punto de entrada, ¿Qué había antes, de donde salió todo, y de donde salió ese ALGO?, pero dejemos ese ALGO así y sigamos adelante, aceptemos sin preguntar tanto y analicemos lo que acabamos de ver. Con respecto al Big Bang, “al pasar el tiempo, algunas regiones ligeramente más densas de la materia casi uniformemente distribuida crecieron gravitacionalmente, haciéndose más densas, formando nubes, estrellas, galaxias y el resto de las estructuras astronómicas que actualmente se observan. Los detalles de este proceso dependen de la cantidad y tipo de materia que hay en el Universo. Los tres tipos posibles se denominan materia oscura fría, materia oscura caliente y materia bariónica. Las mejores medidas disponibles (provenientes del WMAP, La Wilkinson Microwave Anisotropy Probe es una sonda de la NASA cuya misión es estudiar el cielo y medir las diferencias de temperatura que se observan en la radiación de fondo de microondas, un remanente del Big Bang.) muestran que la forma más común de materia en el universo es la materia oscura fría. Los otros dos tipos de materia sólo representarían el 20 por ciento de la materia del Universo.

El Universo actual PARECE ESTAR DOMINADO POR UNA FORMA MISTERIOSA DE ENERGÍA conocida como energía oscura. Aproximadamente el 70 por ciento de la densidad de energía del universo actual está en esa forma. Una de las propiedades características de este componente del universo es el hecho de que provoca que la expansión del universo varíe de una relación lineal entre velocidad y distancia, haciendo que el espacio-tiempo se expanda más rápidamente que lo esperado a grandes distancias. La energía oscura toma la forma de una constante cosmológica en las ecuaciones de campo de Einstein de la relatividad general, pero los detalles de esta ecuación de estado y su relación con el modelo estándar de la física de partículas continúan siendo investigados tanto en el ámbito de la FÍSICA TEÓRICA COMO POR MEDIO DE OBSERVACIONES. MÁS MISTERIOS APARECEN CUANDO SE INVESTIGA más acerca del principio, cuando las energías de las partículas eran más altas de lo que ahora se pueden estudiar mediante experimentos. NO HAY NINGÚN MODELO FÍSICO CONVINCENTE PARA EL PRIMER 10-33 SEGUNDO DEL UNIVERSO, antes del cambio de fase que forma parte de la teoría de unificación grande. En el “primer instante”, la teoría gravitacional de Einstein predice una singularidad gravitacional en donde las densidades son infinitas. Para resolver esta paradoja física, hace falta una teoría de la gravedad cuántica. La comprensión de este período de la historia del universo FIGURA ENTRE LOS MAYORES PROBLEMAS NO RESUELTOS DE LA FÍSICA.” (wikipedia.org), ahora bien, pregunto, ¿qué posibilidades hay que después de una explosión, o lo que haya sucedido en ese momento, se pueda formar por sí mismo el universo como lo conocemos, con sus galaxias, sistemas solares, planetas y lunas?, sin duda alguna la mismas posibilidades que hay que después que un huracán se pose sobre una fábrica de autos con todos los elementos necesarios para los mismos y al terminar su labor descomunal aparezca un BMW, también se debe tener en cuenta el comentario anterior que dice “Para resolver esta paradoja física, hace falta una teoría de la gravedad cuántica.”, esto quiere decir que no se puede comprobar tal Big Bang, ahora dejemos de un lado la sombra de duda y pensemos que SÍ se pudo, puede acaso un acto CASUAL crear un universo PERFECTO (sin tener en cuenta que durante el primer SEGUNDO después de la Gran Explosión, nadie sabe NADA acerca de que pasó allí), analicemos lo siguiente:

Apogeo, del griego απο (lejos de) y geo (Tierra) es el punto en una órbita elíptica alrededor de la Tierra, en el que un cuerpo se encuentra más alejado del centro de ésta. El punto opuesto, el más cercano al centro de la Tierra, se llama perigeo. Un cuerpo en órbita alrededor de la Tierra se mueve más lentamente cuando se encuentra en su apogeo debido a que, según la segunda ley de Kepler, en su recorrido por la elipse el cuerpo barre áreas iguales en el mismo tiempo.” (wikipedia.org), ¿Qué es lo que logra que el apogeo y el perigeo sea CONSTANTE?, la ley de la gravedad, esto quiere decir que si la acción de la gravedad sobre la luna no fuese lo suficientemente fuerte, la luna se escaparía de la órbita de la tierra y se formaría un cataclismo, de proporciones inimaginables, por el contrario si la acción de la gravedad fuese más fuerte de lo necesario sobre nuestro satélite natural, entonces ella se estrellaría contra la tierra o se acercaría más y eso elevaría el nivel de los mares a proporciones increíbles, ya se imaginan lo que sucedería. Por mi parte no creo que algo tan delicado como el equilibrio natural de las fuerzas de gravedad entre la tierra y la luna sea algo hecho por la casualidad, sino por la causalidad, por otra parte podemos analizar nuestro sistema solar: “Perihelio (de peri- y el griego ηλιοσ, Sol) es el punto más cercano de la órbita de un cuerpo celeste alrededor del Sol. Se representa por q. Si a es la distancia media y e la excentricidad, entonces q=a (1-e). Tal como establece la segunda de las leyes de Kepler, la velocidad de traslación del cuerpo celeste es máxima en el perihelio. A principios del mes de julio (generalmente, el día 4 de julio), en el afelio, la Tierra dista 152,6 millones de kilómetros del Sol, mientras que a comienzos de enero (también el día 4), en el perihelio o punto de su órbita más cercano al Sol, se encuentra a 147,5 millones de kilómetros del Sol. Afelio (del griego απο = lejos de, y ηλιοσ = el Sol) es el punto más alejado de la órbita de un planeta alrededor del Sol. Es el opuesto al perihelio, el punto más cercano al Sol. En los elementos orbitales, se representa por Q.

Si a es la distancia media y e la excentricidad, entonces Q=a (1+e). Tal como establece la segunda de las leyes de Kepler, la velocidad de traslación del planeta es mínima en el afelio, por lo que es máxima en el perihelio. A principios del mes de julio (generalmente, el día 4), en el afelio, la Tierra dista 151.8 millones de kilómetros del Sol, mientras que a comienzos de enero (el día 3), en el perihelio o punto de su órbita más cercano al Sol, la Tierra se encuentra a 147.5 millones de kilómetros del Sol.” (wikipedia.org), ¿pero que quiere decir todo esto?, que el movimiento CONSTANTE de traslación de la tierra, al derredor del nuestro astro rey, hace posible la vida en la tierra, las estaciones, invierno y verano y que ese movimiento está regido por COMPLEJAS Y DELICADAS ECUACIONES MATEMÁTICAS QUE NO SE PUEDEN VARIAR NI SIQUIERA UNOS CUANTOS MILÍMETROS pues de lo contrario moriríamos rostizados o moriríamos de frio intenso y eso definitivamente no puede ser un subproducto de una antiquísima explosión si no el producto de una Mano Maestra, de UN ARQUITECTO que sabe y supo siempre donde poner cada pieza de este universo para que la vida fuese posible.

Hasta aquí mi intervención con respecto al Big Bang, en una próxima oportunidad hablaré acerca de la vida en la tierra.

Cordial Saludo,

Creo en Dios

Pd: creo que ya no podrás decir que “todavía no has dicho ni una sola palabra que tenga que ver con la existencia de Dios”

Domingo, 6 de Septiembre de 2009

Por qué no soy cristiano, por Bertrand Rusell (1927) – 2ª parte

La existencia de Dios
Para llegar a esta cuestión sobre la existencia de Dios: se trata de una grande y seria cuestion, y si intentase tratarla de un modo adecuado debería retenerles a ustedes aquí hasta la llegada del reino, por lo que tendrán que excusarme si la abordo de un modo algo esquemático. Ustedes saben, por supuesto, que la Iglesia Católica ha establecido como dogma que la existencia de Dios puede ser probada mediante la razón pura. Es un dogma algo curioso, pero es uno de sus dogmas (El dogma dice lo siguiente “Si alguno dijere que Dios, uno y verdadero, nuestro creador y Señor, no puede ser conocido con certeza a partir de las cosas que han sido hechas, con la luz natural de la razón humana: sea anatema – destinado a la condenación eterna y excluido de los sacramentos.”). Tuvieron que introducir este dogma porque llegó un momento en el que los librepensadores adoptaron la costumbre de decir que había tantos y tantos argumentos que la mera razón alegaría contra la existencia de Dios, pero por supuesto ellos sabían por una cuestión de fe que Dios existía. Los argumentos y las razones fueron descritos en modo muy extenso, y la Iglesia Católica sentía que debía pararlo. Por lo tanto determinaron que la existencia de Dios puede ser probada mediante la razón pura y tuvieron que establecer los argumentos que según ellos lo demostraban. Hay unos cuantos, por supuesto, pero yo solo tomaré unos pocos.
Argumento cosmológico o de primera causa
Quizás el más simple y fácil de comprender es el argumento de la primera causa (Sostiene que todo lo que vemos en este mundo tiene una causa, y a medida que retrocedemos más y más lejos en la cadena de causas debemos llegar a una primera causa, y a esa primera causa le damos el nombre de Dios). Ese argumento, supongo yo, ya no tiene mucho peso hoy en día. Los filósofos y los científicos han trabajado sobre el concepto de causa y este ya no tiene la vitalidad que tenía antes; pero, a parte de eso, pueden ver que el argumento de que debe haber una primera causa no puede tener ninguna validez. Podría decir que cuando yo era joven y reflexionaba muy seriamente sobre estas cuestiones, durante mucho tiempo acepté el argumento de la primera causa, hasta que un día, con 18 años, leí la autobiografía de John Stuart Mill, y allí encontré esta frase: “mi padre me enseñó que la pregunta ¿quién me hizo? no tiene respuesta, dado que conduce inmediatamente a la siguiente cuestión ¿quién hizo a Dios?” Esa frase tan sencilla me enseñó, tal y como sigo pensando, la falacia en el argumento de la primera causa. Si todo debe tener una causa, entonces Dios debe tener una causa. Si puede haber algo sin causa, este algo puede ser tanto el mundo como Dios, por lo que no puede haber ninguna validez en ese argumento. Es algo de la misma naturaleza que la visión hinduista de que el mundo descansa sobre un elefante y el elefante sobre una tortuga; y cuando les preguntaron “¿y que pasa con la tortuga?” los indios dijeron “supongo que cambiamos de tema”. El argumento no es mejor que ese. No hay razón por la cual el mundo no haya podido surgir sin una causa; ni, por otro lado, hay ninguna razón por la cual no haya podido existir siempre. No hay razón para suponer que el mundo haya tenido un principio. La idea de que las cosas deben tener un principio se debe realmente a la pobreza de nuestra imaginación. Por lo tanto, quizás, no necesito perder más tiempo en el argumento de la primera causa.
(próximamente la 3ª parte)

Por qué no soy cristiano, por Bertrand Rusell (1927) – 1ª parte

El tema del que voy a hablarles esta noche es de por qué no soy cristiano. Quizás debería, en primer lugar, intentar establecer que quiere uno decir con la palabra cristiano. Esta es utilizada hoy en día en un sentido muy impreciso por un gran número de gente. Algunas personas se refieren con ella simplemente a una persona que intenta vivir una buena vida. En ese caso supongo que habría cristianos en todas las sectas y credos; pero no creo que ese sea el significado correcto de la palabra, aunque solo sea porque eso implicaría que toda la gente que no es cristiana – todos los budistas, confucionistas, musulmanes, etc – no intentan vivir una buena vida. Yo no me refiero con “cristiano” a cualquier persona que procure vivir decentemente según su propio criterio. Yo pienso que debes tener un cierto número de creencias definidas antes de poder llamarte a ti mismo cristiano. La palabra ya no tiene un significado tan preciso ahora como el que tenía en la época de San Agustín y Santo Tomás de Aquino. En aquellos días, si un hombre decía que era cristiano se sabía lo que quería decir. Aceptabas un completo conjunto de creencias establecidas con gran precisión, y creías en todas y cada una de las sílabas de ese credo con total convicción.
¿Qué es un cristiano?
Actualmente ya no es así. Debemos ser un poco mas imprecisos al referirnos al cristianismo. Creo, sin embargo, que hay dos elementos diferentes que son esenciales para cualquiera que se considere cristiano. el primero es de naturaleza dogmática – específicamente, que debe creer en dios y en la inmortalidad. Si no cree en esas dos cosas no considero que pueda llamarse cristiano. Además de eso, como su propio nombre indica, usted debe tener algún tipo de creencia sobre Cristo. Los musulmanes, por ejemplo, también creen en dios y en la inmortalidad, y sin embargo no se llamarían a si mismos cristianos. Creo que debe tener como mínimo la creencia de que Cristo era, si no divino, al menos el mejor y el más sabio de los hombres. Si no va usted a creer en Cristo hasta ese punto no creo que tenga ningún derecho a denominarse cristiano. Por supuesto, hay otro significado, que pueden encontrar en el Almanaque Whitaker y en libros de geografía, donde se dice que la población del mundo se divide entre cristianos, musulmanes, budistas, idólatras y otros; y en ese sentido todos nosotros somos cristianos. Los libros de geografía nos incluyen a todos nosotros, pero ese es un sentido puramente geográfico que supongo que podemos ignorar. Por lo tanto, considero que cuando les digo por qué no soy cristiano debo decirles dos cosas diferentes; por qué no creo en dios ni en la inmortalidad; y secundariamente, por qué no creo que Cristo fuese el mejor y más sabio de los hombres, aunque le otorgo un grado muy alto de bondad moral.
Pero por los exitosos esfuerzos de los no creyentes en el pasado, no podría tomar una definición tan elástica del cristianismo como esa. Como he dicho antes, esa palabra tenía antaño un significado mucho más específico. Por ejemplo, incluía la creencia en el infierno. Creer en la eterna llama del infierno era un elemento esencial en el credo cristiano hasta hace muy poco. En este país (Gran Bretaña), como ustedes saben, creer en el infierno dejó de ser un elemento esencial gracias a una decisión del Consejo Privado, a la que se opusieron el arzobispo de Canterbury y el arzobispo de York; sin embargo en este país nuestra religión es establecida por ley parlamentaria, y por lo tanto el Consejo Privado fue capaz de modificar sus Gracias y el infierno dejo de ser necesario para los cristianos. Consecuentemente no insistiré en que un cristiano debe creer en el infierno.
Miercoles, 2 de Septiembre de 2009

Cita XIX: Ludwig Feuerbach (Filósofo alemán)


“La creencia en la vida celestial es la creencia en la inutilidad e insignificancia de esta vida.”

Lunes, 31 de Agosto de 2009

Nº 41: El machismo

Cuando se leen los textos que según las grandes religiones monoteistas se corresponderían con la palabra de Dios, uno se da cuenta inmediatamente de que esa revelación va dirigida solamente a los hombres, y con “hombres” no me refiero a los seres humanos, sino única y exclusivamente a las personas del sexo masculino. Basta con citar algunos ejemplos:

El Antiguo Testamento es el ejemplo más claro, si bien sus normas y leyes afectan a todo el mundo, Dios se dirige a los hombres en segunda persona (vosotros, absteneos, cumplid, escuchad) mientras que las referencias a las mujeres son siempre en tercera persona (la mujer, vuestras mujeres, deberán, se abstendrán). La siguiente cita ilustra perfectamente esta distinción con una estructura que se repite a lo largo de todo el Antiguo Testamento:

“No te unirás con bestia haciéndote impuro por ella. La mujer no se pondrá ante una bestia para unirse con ella; es una infamia.” (Levítico 18:23)

y algunos otros ejemplos:

“Bajó, pues, Moisés del monte, adonde estaba el pueblo, y ellos lavaron sus vestidos. Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día, y absteneos de mujer.” (Éxodo 19:14-15)

“No codiciarás a la mujer de tu prójimo, ni desearas las casas de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo” (Éxodo 20:21)

“Entonces arderá mi ira, y yo los mataré a ustedes con la espada; sus mujeres quedarán viudas, y sus hijos huérfanos.” (Éxodo 22:23)

Todos los varones se presentarán delante del Señor tres veces al año.” (Éxodo 23:17)

“No te juntes carnalmente con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella.” (Levítico 18:20)

“Aquí estáis hoy todos vosotros en presencia de Yahveh vuestro Dios: vuestros jefes de tribu, vuestros ancianos y vuestros escribas, todos los hombres de Israel, con vuestros hijos y vuestras mujeres” (Deuteronomio 29:9-10)

“Así dice Yahvéh, el Dios de Israel: Maldito el varón que no escuche los términos de esta alianza” (Jeremías 11:3)

“Así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: Vosotros y vuestras mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos cumplisteis lo dicho” (Jeremías 44:25)

“La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: […] El que es justo y practica el derecho y la justicia, no come en los montes ni alza sus ojos a las basuras de la casa de Israel, no contamina a la mujer de su prójimo, ni se acerca a una mujer durante su impureza. (Ezequiel 18:1, 5-6)

“Por eso, así dice Yahveh: “Tu mujer se prostituirá en la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada, tu suelo será repartido a cordel, tú mismo en un suelo impuro morirás, e Israel será deportado de su suelo”.” (Amós 7:17)

El Nuevo Testamento supone un adelanto en este sentido, el mensaje atribuido a Jesús raramente hace distinción entre hombres y mujeres, si embargo, en algunas de las transcripciones las normas suelen hacer referencia solo a los hombres:

“Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.” (Mateo 5:28)

“Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. (Mateo 5:32)

“Si alguno de los que me siguen no aborrece a su padre y a su madre, y a la mujer, y a los hijos, y a los hermanos y hermanas, y aun a su vida misma, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26)

Solamente en la transcripción atribuida a Marcos se corrige ese error:

“El les dijo: «Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.” (Marcos 10:11-12)

Pero si leemos más allá de los Evangelios volvemos a encontrar casos claros de machismo, hoy en día intolerables y de hecho ignorados, dudo que estos párrafos se lean en ninguna eucaristía a pesar de atribuírseles inspiración divina:

“Mas quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo hombre, como el hombre es cabeza de la mujer, y Dios lo es de Cristo. Por donde si una mujer no se cubre con un velo la cabeza, que se la rape. Y si es cosa fea a una mujer el cortarse el pelo o raparse, cubra su cabeza. Lo cierto es que no debe el varón cubrir su cabeza, pues él es la imagen y gloria de Dios; mas la mujer es la gloria del varón. Que no fue el hombre formado de la mujer; si no la mujer del hombre; como ni tampoco fue el hombre criado para hembra, sino la hembra para el hombre.” (1 Corintios 11:3-9)


“Hagan como se hace en todas las Iglesias de los santos: que las mujeres estén calladas en las asambleas. No les corresponde tomar la palabra. Que estén sometidas como lo dice la Ley, ysi desean saber más, que se lo pregunten en casa a su marido. Es feo que la mujer hable en la asamblea.” (1 Corintios 14:34-35)

El hombre es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, cuerpo suyo, del cual es asimismo salvador. Que la esposa, pues, se someta en todo a su marido, como la Iglesia se somete a Cristo.” (Efesios 5:22-24)

Las mujeres escuchen en silencio las instrucciones con entera sumisión. Pues no permito a la mujer enseñar ni tomar autoridad sobre el marido; mas estése callada. Ya que Adán fue formado el primero, y después Eva. Y además Adán no fue engañado, mas la mujer, engañada, fue causa de la prevaricación de la caída en el pecado. Verdad es que se salvara por medio de los hijos, si persevera en la fe y el la caridad en santa y arreglada vida.” (1 Timoteo 2:11-15)

El Corán es un libro con constantes referencias a los dos anteriores, por lo tanto no debe extrañarnos su machismo, que por otro lado no tiene nada que envidiar al del Antiguo Testamento, de nuevo se habla a los hombres en segunda persona y a las mujeres en tercera. No es que el islam sea una religión más machista que el resto, simplemente el resto de religiones han decidido ignorar en gran medida los preceptos machistas de sus respectivos libros sagrados, aunque siempre hay excepciones:
“Durante el mes del ayuno os es lícito por la noche uniros con vuestras mujeres: son vestidura para vosotros y vosotros lo sois para ellas.” (Sura 2, aleya 187)

Vuestras mujeres son campo labrado para vosotros. ¡Venid, pues, a vuestro campo como queráis, haciendo preceder algo para vosotros mismos! ¡Temed a Alá y sabed que Le encontraréis! ¡Y anuncia la buena nueva a los creyentes!” (Sura 2, aleya 223)

El amor de lo apetecible aparece a los hombres engalanado: las mujeres, los hijos varones, el oro y la plata por quintales colmados, los caballos de raza, los rebaños, los campos de cultivo… Eso es breve disfrute de la vida de acá. Pero Alá tiene junto a Sí un bello lugar de retorno.” (Sura 3, aleya 14)

“Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces, casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero, si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola o con vuestras esclavas. Así, evitaréis mejor el obrar mal.” (Sura 4, aleya 3)

“Quien de vosotros no disponga de los medios necesarios para casarse con mujeres libres creyentes, que tome mujer de entre vuestras jóvenes esclavas creyentes.” (Sura 4, aleya 25)

“¡Creyentes! No os acerquéis ebrios a la azalá. Esperad a que estéis en condiciones de saber lo que decís. No vayáis impuros -a no ser que estéis de viaje- hasta que os hayáis lavado. Y si estáis enfermos o de viaje, si viene uno de vosotros de hacer sus necesidades, o habéis tenido contacto con mujeres y no encontráis agua, recurrid a arena limpia y pasadla por el rostro y por las manos. Alá es perdonador, indulgente.” (Sura 4, aleya 43)

No podréis ser justos con vuestras mujeres, aun si lo deseáis. No seáis, pues, tan parciales que dejéis a una de ellas como en suspenso.” (Sura 4, aleya 129)

“Y si estáis enfermos o de viaje, si viene uno de vosotros de hacer sus necesidades, o habéis tenido contacto con mujeres y no encontráis agua, recurrid a arena limpia y pasadla por el rostro y por las manos.” (Sura 5, aleya 6)

“Y cuando os salvamos de las gentes de Faraón, que os sometían a duro castigo, matando sin piedad a vuestros hijos varones y dejando con vida a vuestras mujeres. Con esto os probó vuestro Señor duramente.” (Sura 7, aleya 141)

“¡Bienaventurados los creyentes, que hacen su azalá con humildad, que evitan el vaniloquio, que dan el azaque, que se abstienen de comercio carnal, salvo con sus esposas o con sus esclavas -en cuyo caso no incurren en reproche, mientras que quienes desean a otras mujeres, ésos son los que violan la ley.” (Sura 23, aleyas 1-7)
Jueves, 27 de Agosto de 2009

Cita XVIII: Mark Twain (Escritor estadounidense)

“No tengo miedo a la muerte, he estado muerto durante miles de millones de años antes de nacer y no he sufrido el más mínimo inconveniente por ello.”
Domingo, 23 de Agosto de 2009

Nº 40: La matanza de los inocentes

Uno de los cuentos que más me gustaba de pequeño era el de los tres reyes magos (o sabios de oriente) que acudían a adorar a Jesús recién nacido guiados por una estrella. Cuando a uno se la cuentan de pequeño le queda claro lo bueno que es Dios, que avisa a los magos en sueños para que no le cuenten al malvado rey Herodes el lugar en el que se encuentra el niño. Obviamente, todo cambia (o debería cambiar) cuando uno lee la historia desde una perspectiva adulta y racional. Recordemos la historia tal y como la cuenta el Evangelio de Mateo, el único que la menciona (Mt 2: 1-16):

Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. «En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel”».


Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje». Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

Después de la partida de los magos, el Angel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: “Desde Egipto llamé a mi hijo”. Al verse engañado por los magos, Herodes se enfureció y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, de acuerdo con la fecha que los mayor le habían indicado.
Esta claro que Dios no estuvo muy rápido ¿Por qué no avisó a los magos ANTES de que llegasen al palacio de Herodes? ¿A que venía esa misteriosa estrella? ¿Solo estaba para que tres magos llevasen al niño oro, incienso y mirra? ¿Tan importantes eran esos regalos? ¿No podía haberse ahorrado este numerito de la estrella y los magos sabiendo las terribles consecuencias que iba a tener?.
Este episodio del nacimiento de Jesús, claramente inventado, tenía como objetivo justificar la huida de la familia de Jesús hacia Egipto (algo que no menciona ningún otro evangelista) para que se cumpliese una profecía “De Egipto llamé a mi hijo” (Oseas 11:1) y del mismo modo la supuesta matanza de inocentes pretende ser el cumplimiento de otra profecía “Se oyó un sonido en Ramá, sonido de llano y dolor. Era Raquel que lloraba por sus niños y no quería que la consolaran porque ellos ya estaban muertos” (Jeremías 31:15). El autor no debió darse cuenta de que Dios no quedaba en muy buen lugar después de un relato tan absurdo e innecesario. Tras este intento desesperado por demostrar la identidad mesiánica de Jesús el autor queda como un mentiroso y el resto del texto pierde la poca credibilidad que alguno le quiera dar.

Nº 39: La incomprensible indiferencia

Cualquier persona que se tome los Evangelios como documentos veraces debería cuestionarse si es realmente posible que la gente de aquella época permaneciese impasible ante los acontecimientos extraordinarios que se narran en ellos ¿Es que por aquel entonces aún no existía la capacidad de asombro?
Empezando por el rocambolesco relato del nacimiento de Jesús, si tomamos conjuntamente los evangelios de Mateo y Lucas (los únicos que lo mencionan, cada uno de forma muy diferente) observamos que tanto los padres de Jesús (José y María) como los padres de Juan el Bautista (Isabel y Zacarias) recibieron visitas de ángeles anunciándoles el nacimiento de sus respectivos hijos, su importancia y su misión. Tres magos de oriente conocían también la naturaleza excepcional de Jesús desde su nacimiento y fueron a adorarle. Incluso a unos pastores que estaban por allí se les apareció ¡el ejército celestial! ¡nada menos! para decirles que encontrarían al Cristo en un pesebre y fuesen a adorarlo, y no solo eso, contaron la historia a más gente que quedaba maravillada. Incluso el rey de la región, Herodes, creyó en la historia de los magos y compartió su preocupación con los sumos sacerdotes y escribas. También un tal Simeón y una profetisa llamada Ana sabían que Jesús era el Cristo salvador y esta última hablaba de ello con todos los que pasaban por el templo.
En resumen, durante los primeros días tras el nacimiento de Jesús una multitud sabía que ese niño era el Mesías pero no demostraron excesivo interés ni con un ejército de ángeles apareciéndose por todas partes. 30 años después parece que ya nadie se acordaba de aquellos prodigios y Jesús tuvo que hacer valer de nuevo su naturaleza divina. Curo a ciegos, expulsó demonios, camino sobre el agua, multiplicó panes y peces, convirtió agua en vino y hasta ¡resucitó muertos!, todo delante de multitud de personas. Como hemos dicho, a nadie pareció impresionarle demasiado ¡¿Todavía hacía falta que matasen a este hombre y saliese de su tumba para creer que era hijo de Dios?! ¡¿Es que esta gente veía milagros todos los días?!
En efecto, según cuentan, a Jesús lo crucificaros, y he aquí que tuvo otra oportunidad para que la gente le creyese de una vez por todas. Según el evangelio de Mateo, cuando Jesús espiró en la cruz, el velo del templo se rasgó en dos, tembló la tierra, se rompieron las rocas y se abrieron las tumbas provocando la salida de muchos cuerpos de santos difuntos que en días sucesivos se aparecieron a muchos ¿A nadie le pareció esto un poco raro? ¿No se convirtió todo Jerusalén al cristianismo inmediatamente? ¿No llegaron semejantes acontecimientos a oídos de ningún historiador?
Estaba claro que Jesús se enfrentaba a un público exigente, ni apariciones angelicales, ni curaciones de ciegos, ni caminar sobre el agua, ni rasgaduras milagrosas de velos acompañadas de terremotos y tumbas abiertas, ni siquiera resucitar muertos era suficiente para que esta gente se convenciese del todo. Hacía falta un último golpe de efecto, Jesús ya lo había dejado caer, resucitaría tras 3 días y 3 noches (Mateo 12:38-40), pero algo le hizo cambiar de planes. Viendo que todo el espectáculo que acompañó a su último aliento no había tenido el efecto merecido, decidió resucitar en menos de 40 horas. No se le puede reprochar si tenemos en cuenta lo rápido que se olvidaban sus vecinos de todo. Ya les pasaba a sus antepasados, si nos fiamos del libro del Éxodo podemos ver lo olvidadizo que era el pueblo elegido, su dios convirtió el agua del Nilo en sangre, mató en una noche a todos los primogénitos de Egipto, incluidos los animales, hasta abrió las aguas del mar rojo para que lo cruzasen, por si esto era poco (ya hemos dicho que era un público exigente) ¡les habló personalmente en el desierto del Sinaí! Pues después de todo esto solo hizo falta que Moisés se ausentase unos días para que se olvidasen de aquel dios y se construyesen un becerro de oro, ¡es ridículo!.
Como íbamos diciendo, Jesús adelantó en más de un día su resurrección, pero para que esta no resultase menos creíble lo hizo de un modo espectacular. Según Mateo un ángel apareció y abrió la roca que cerraba la tumba, todo ante la mirada de los guardias romanos que la custodiaban y que quedaron aterrados. Algunos de estos guardias fueron a contar lo sucedido a los sumos sacerdotes pero por algún motivo no les creyeron y decidieron comprar su silencio con dinero (Mateo 28:11-15), a cambio de este dinero los guardias contaron a todo el mundo que los discípulos de Jesús robaron el cuerpo. ¿Qué clase de guardias eran estos? ¿Es que veían ángeles resplandecientes bajar volando del cielo y abrir tumbas todos los días? ¿como es que no se unieron a los seguidores de Jesús inmediatamente? ¡otra vez ridículo!
Conclusión, o los contemporáneos de Jesús veía milagros como las vacas ven pasar el tren o los Evangelios son unos panfletos propagandísticos de una secta de hace unos 2000 años, que es lo que efectivamente parecen a simple vista.
Sábado, 22 de Agosto de 2009

Video 11: Fe ciega

Este es probablemente el reportaje más divertido del programa Callejeros. Muy recomendable, no se me ocurre una prueba mejor de que el ser humano es capaz de inventarse de todo y más, curar el cancer con la mente, ver multiplicarse panes y peces, levitar, etc, etc. Muy gracioso el señor que afirma que las apariciones de la virgen en El Escorial son alucinaciones colectivas y les recomienda ir a Fátima, ¡que es más seguro!, jejeje. Gente que ve vírgenes en las nubes, al sol cambiando de color y bailando en el cielo, salir dos soles simultaneamente, etc, etc… ¿serían los primeros cristianos algo parecido?

Nº 38: ¿Cuándo empezó Dios a equiparar el aborto con el asesinato? y otros debates inútiles

Parece ser que la opinión de Dios respecto al aborto, o a la equiparación de la vida del feto con la de un nacido, no ha sido siempre la misma. En el libro del Éxodo, que contiene los mandamientos tantas veces citados por judíos, cristianos y musulmanes, encontramos las siguiente palabras, supuestamente pronunciadas por Dios (traducción obtenida en la página oficial del vaticano) :

“Si unos hombres se pelean, y uno de ellos atropella a una mujer embarazada y le provoca un aborto, sin que sobrevenga ninguna otra desgracia, el culpable deberá pagar la indemnización que le imponga el marido de la mujer, y el pago se hará por arbitraje. Pero si sucede una desgracia, tendrás que dar vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.” (Éxodo 21:22-24)

Suponemos que con “otra desgracia” se refiere a la muerte de la mujer. Tanto la muerte del feto como la de la mujer se deberían a un accidente provocado por una pelea, aceptamos que no es un asesinato alevoso, sin embargo, el castigo por la muerte accidental del feto es el pago de una indemnización al padre mientras que el castigo por la muerte de la mujer es la muerte del atacante. ¿Por qué no se aplica el castigo “vida por vida” en el caso de la muerte del feto? Según esta traducción (y muchas otras) Dios no da el mismo valor a la vida de un feto que a la vida de un nacido.

A pesar de que esta a sido la interpretación clásica de este pasaje durante siglos, recientemente se ha intentado subsanar el evidente conflicto existente entre esta interpretación y la doctrina cristiana. Actualmente se considera que la traducción e interpretación de este pasaje ha sido un gran error y que en lugar de “aborto” las expresión hebrea del original quería decir “parto prematuro” y seguramente tengan razón (me sorprende que los del vaticano todavía no lo hayan corregido). Hay un montón de sesudos estudios lingüísticos para intentar aclarar si Dios quería decir “aborto” o “parto prematuro” y así saber cual debería ser nuestra postura.

¿Tiene algún sentido hacer eso? ¿Existe mayor pérdida de tiempo? Les recuerdo a todos los que se molestan en intentar resolver esa duda que el Antiguo Testamento esta plagado de barbaridades sin errores de traducción. Como ya hemos visto en este blog, el Éxodo contiene leyes salvajes y ridículas, condenas a muerte por trabajar el sábado, por maldecir a los padres, por adorar a otros dioses, ordenes de genocidio contra los habitantes de la tierra prometida, regulación del comercio de esclavos, precios para la compra-venta de personas ¿Nos hemos vuelto todos locos? ¿Realmente alguien puede pretender encontrar en el libro del Éxodo o en cualquier otro del Antiguo Testamento un fundamento para nuestras leyes actuales?

Por supuesto que el tema del aborto es un tema delicado, merece reflexión y un tratamiento serio, precisamente por eso, sea cual sea nuestra conclusión, jamás podrá estar basada en un cuento mitológico escrito por una tribu primitiva. La oposición, por ejemplo, a la utilización de la píldora del dia siguiente por considerarla abortiva solo puede sostenerse desde un punto de vista religioso y por lo tanto no puede imponérsele a nadie. La gente que considera a un zigoto o un blastocisto como un alma humana debería saber que, de ser así, de forma totalmente natural casi la mitad de las almas creadas por ese hipotético dios no llegan a nacer nunca, es cuanto menos curioso que Dios se dedique a crear almas que nunca van a ser conscientes de haber pasado por este mundo.

Cita XVII: Constitución (en vigor) del Estado de Arkansas

Punto 1. El ateismo inhabilita para la ocuapción de cargo público o la actuación como testigo

“Ninguna persona que niegue la existencia de Dios ocupará ningún cargo en las instituciones públicas de este estado, ni será competente para actuar como testigo ante ningún tribunal.”
Martes, 11 de Agosto de 2009

Noticia: Teólogo a favor de la retirada de símbolos religiosos en edificios públicos

Juan José Tamayo,teólogo y director de la cátedra de Teología y Ciencias de la Religión de la Universidad Carlos III de Madrid, se refiere al proyecto de Ley de Libertad Religiosa que prepara el Gobierno y que prevé incluir la retirada de los símbolos religiosos de los edificios públicos. El teólogo ha hecho una valoración “muy positiva” de la propuesta y a criticado la situación de “privilegio” que ostenta la religión católica. “El espacio público en España está cargadísimo, lleno de símbolos religiosos confesionales católicos, que me parece que no responden a la neutralidad que el Estado tiene que tener en relación con este tema”, ha afirmado el teólogo.

Uno de los temas que más revuelo ha generado ha sido la retirada de los símbolos en los colegios públicos, ya que aún permanecen en algunos de ellos. “Yo creo que esa es una de las asignaturas pendientes de la educación en España y es uno de los más graves errores en que se ha incurrido durante estos 30 años de democracia, el no haber sabido aclarar cuál es el papel, la función y el lugar de la religión en la escuela y se sigue con la idea de que la escuela es un espacio de educación en la fe, de evangelización”.

Lunes, 10 de Agosto de 2009

Isaac Asimov (Escritor y bioquímico)


“Rendirse a la ignorancia y llamarla Dios siempre ha sido prematuro, y sigue siendo prematuro hoy en día.”

Sábado, 8 de Agosto de 2009

Nº 36: ¿No matarás? – Incoherencias bíblicas

Las contradicciones en la Biblia son innumerables y sorprendentemente obvias. No hace falta ser ningún genio para encontrarlas. Aún así, las religiones tienen la extraordinaria capacidad de inutilizar las mentes de algunas personas de una forma tan poderosa que merecería ser objeto de estudio. Dedicaré algunas entradas de este blog a presentar varios ejemplos sencillos pero contundentes de contradicciones bíblicas.
En esta ocasión se trata de una contradicción conocida por todos pero que no se menciona entre los creyentes. Si tomamos el libro del Éxodo como verdad revelada por un dios omnipotente, perfecto e infalible nos resultará difícil explicar que Dios le diga a Moisés en el monte Sinaí:
no matarás” (Éxodo 20:13) – ver texto completo más abajo
para poco después, cuando Moisés desciende del monte y descubre a su pueblo idolatrando a un becerro de oro, el mismo Dios diga:
maten sin tener en cuenta si es hermano, amigo o pariente (Éxodo 32:27) – ver texto completo más abajo
¿En qué quedamos? ¿matamos o no matamos? ¿Qué se supone que quería decir dios con “no matarás”? Esta contradicción se repite a lo largo de todo el Antiguo Testamento. Después de que dios tallara por dos veces en piedra el famoso “no matarás” ordena sucesivamente matar a los asesinos (Éxodo 21:12), a los que golpeen o maldigan a sus padres (Éxodo 21:15, 17), a los secuestradores (Éxodo 21:16), a los que trabajen en sábado (Números 15:36), a los que adoren a otros dioses (Deuteronomio 17:5), , a los que desobedezcan a un juez (Deuteronomio 17:12), a los hijos rebeldes (Deuteronomio 21:21) y muchos otros. ¿Qué clase de referente moral podemos encontrar en la Biblia si dios se dedica a dar continuamente órdenes contradictorias?
Cabría preguntarse si cuando en el nuevo testamento resumen los mandamientos en “amarás al prójimo como a ti mismo” (Romanos 13:9) habría que aplicar las mismas excepciones que afectan al “no matarás” original.
Éxodo 20:1-17

Entonces Dios pronunció estas palabras: Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar en esclavitud. No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás ninguna escultura y ninguna imagen de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o debajo de la tierra, en las aguas. No te postrarás ante ellas, ni les rendirás culto, porque yo soy el Señor, tu Dios, un Dios celoso, que castigo la maldad de los padres en los hijos, hasta la tercera y cuarta generación, si ellos me aborrecen; y tengo misericordia a lo largo de mil generaciones, si me aman y cumplen mis mandamientos. No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios, porque él no dejará sin castigo al que lo pronuncie en vano. Acuérdate del día sábado para santificarlo. Durante seis días trabajarás y harás todas tus tareas; pero el séptimo es día de descanso en honor del Señor, tu Dios. En él no harán ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el extranjero que reside en tus ciudades. Porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, pero el séptimo día descansó. Por eso el Señor bendijo el día sábado y lo declaró santo. Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni ninguna otra cosa que le pertenezca.

Éxodo 32:25-29

Cuando Moisés vio el desenfreno del pueblo –porque Aarón le había tolerado toda clase de excesos, exponiéndolo así a la burla de sus enemigos– se paró a la entrada del campamento y exclamó: «¡Los que están de parte del Señor, vengan aquí!». Todos los hijos de Leví se agruparon a su alrededor, y él les dijo: «Así habla el Señor, el Dios de Israel: Que cada uno se arme de su espada; recorran el campamento pasando de una puerta a otra, y maten sin tener en cuenta si es hermano, amigo o pariente». Los levitas cumplieron la orden de Moisés, y aquel día cayeron unas tres mil personas del pueblo. Entonces Moisés dijo: «Reciban hoy la investidura sacerdotal de parte del Señor, uno a costa de su hijo, otro a costa de su hermano, y que él les de hoy una bendición».