Al monte se va con botas o ¡si tuviera un martillo…!

(Lowlight 5, publicado el 3/4/09)
Para ir al monte hay que equiparse. Si uno lleva el calzado inadecuado podrá perder interés en la subida por ganarlo en el descanso o en objetivos secundarios, como recoger bayas.
Hay una máxima en psicologÃa que dice que si únicamente tenemos un martillo por herramienta, todo se nos vuelve clavos.
Esto que parece un chiste encierra grandes verdades y explica grandes sesgos en nuestro razonamiento. Pondré unos pocos ejemplos que espero desarrollar en futuras entradas (pero no me comprometo en cuán futuras serán):
- Hay polÃticos que no pasaron del estudio de los mercados competitivos y creen que todo en la economÃa funciona como en ellos.
- Hay filósofos que quieren resolver problemas de elección en situaciones de incertidumbre usando la lógica proposicional.
- Hay lógicos que extrapolan las conclusiones de la racionalidad individual a los grupos de individuos.
- Hay metafÃsicos que quieren llegar a conclusiones sobre el origen de la consciencia usando sólo el lenguaje.
- Hay juristas que pretenden deducir qué leyes son las justas a partir de principios metafÃsicos.
Hace falta equiparse con la EconomÃa, la TeorÃa de la Probabilidad, la TeorÃa de Juegos, la BiologÃa y las Ciencias Sociales, respectivamente, (y no únicamente con ellas) para poder estudiar con mÃnima coherencia cada uno de esos temas.
Voy a poner sólo un ejemplo para empezar. Hegel criticó la fÃsica de Newton (aquà la comentamos en su dÃa) con citas como estas que aparecen en su Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas:
«[...] hay que cobrar conciencia de la inundación que sufre la mecánica fÃsica por parte de una metafÃsica indescriptible que –contra experiencia y concepto– tiene como fuente única aquellas determinaciones matemáticas»
«La ilusión fundamental en el empirismo cientÃfico es siempre la misma: utiliza las categorÃas metafÃsicas de materia y fuerza, además de las de uno, múltiple, universalidad, infinito, etc., y siempre sin advertir su contenido metafÃsico, utilizando estas categorÃas y sus relaciones de manera acrÃtica e inconsciente»
Supongo que entendéis tanto como yo lo que significa lo anterior (nada). Hegel comenzó cuestionando el concepto de fuerza en Newton, que no se sabÃa bien lo que era. A continuación intentó alguna manera de poder resolver el problema reivindicando la FÃsica de Aristóteles y acabó deduciendo por una extraña combinación de metafÃsica y numerologÃa que no podÃan existir más cuerpos en órbita alrededor del Sol de los ya conocidos. Justo un año después se descubrió el asteroide Ceres entre Marte y Júpiter, donde Hegel decÃa que no podÃa haber nada. Más tarde se clasificó como asteroide y no como planeta, pero esto es otra historia.
Una coda:
Newton, en cambio, era consciente de que el elemento "fuerza" de su mecánica no estaba explicado. Sin embargo también era consciente que al relacionarla con la masa y la aceleración en su segunda ley permitÃa una comprensión del mundo muy superior a la que habÃa en ese momento. El no entretenerse en cuestiones metafÃsicas le permitió avanzar. No estaba el propio Newton libre de pecado, pues, aunque sin relación con su FÃsica, sà se enredó en otras metafÃsicas teológicas. Pero claro, por ellas no pasó a la posteridad.





























