¿Qué hay de milagroso?

Imagino que quien más quien menos habrá oído que el Universo está ajustado para que nosotros existamos. Para ser más exactos deberíamos decir que en tal caso, el Universo está ajustado para que aparezcan seres vivos basados en el carbono. La idea, en realidad, es bien sencilla, si las constantes de la naturaleza o sus leyes fueran distintas entonces no estaríamos aquí hablando de ello.

Muchas personas utilizan esto (lo cual es discutible, pero ahora no voy a entrar en ello) para afirmar que se necesita un dios que haya ajustado las constantes o que haya creado esas leyes. Pero tal vez, algún día podamos llegar a explicar porque las leyes de la naturaleza son como son, o porque las constantes tienen los valores que tienen. No obstante, supongamos por un momento que sabemos que jamás alcanzaremos a descubrir esas respuestas. Bien, pues aun así, ¿qué hay de milagroso en que las leyes y constantes sean como son? Sinceramente no veo nada sorprendente en ello, desde el momento en el que sabemos que existimos lo lógico es pensar que las leyes de la naturaleza no prohíben la existencia de seres como nosotros. Lo realmente milagroso sería que existiendo nosotros encontráramos más allá de toda duda razonable que las leyes de la naturaleza impiden la existencia de seres vivos como nosotros, entonces, sí que se tendría una buena razón para suponer que algo milagroso ha pasado. Pero encontrar que las leyes de la naturaleza permiten que existan las cosas que existen no tiene nada de milagroso. Afirmar lo contrario, es más bien, ver gigantes donde hay molinos.


Ismael Pérez Fernández.

Los comentarios han sido cerrados para esta nota