¿Con la Iglesia hemos topado?
Hay que reconocer que -hasta ahora- la “postura oficial” de la Iglesia Católica sobre la cuestión de la Evolución era sumamente razonable. En pocas palabras, creÃÂa en la existencia de un Ser Superior anterior al Big-Bang y causante del mismo; a partir de ahàno consideraba necesaria la intervención divina para explicar cómo habÃÂan ocurrido las cosas. Dado que esta proposición es indemostrable cientÃÂficamente, constituye una adecuada “barrera de contención” entre Ciencia y Religión. Los cientÃÂficos no pueden atacarla ni apoyarla, al menos en términos cientÃÂficos. Conste que no creo que las creencias religiosas constituyan un problema en absoluto; el problema surge cuando algunas personas se empeñan en presentar sus “creencias” como “hechos”.
Sin embargo, existen indicios (sólo indicios) de que esta situación está a punto de cambiar. Al menos, eso es lo que piensan algunos de los participantes en una conferencia sobre “Evolución de la Vida y del Universo”, organizada por la mismÃÂsima Academia Pontificia de Ciencias (la mera existencia de esta venerable institución dice bastante a favor de la Curia Romana, a diferencia de las sectas Creacionisstas de Estados Unidos).
La polémica surge a raÃÂz de la conferencia que dio el cardenal Schönborn titulada “Reflexiones de Joseph Ratzinger Papa Benedicto XVI sobre la Evolución”. Más que por la conferencia en sÃÂ, por las opiniones expresadas durante el turno de preguntas. En esencia, el cardenal dijo que creÃÂa que existen “saltos” en la Evolución y que Dios actúa en esos saltos. Algunos asistentes afirmaron que “Schönborn tiene la misma intención que Ratzinger: luchar contra la TeorÃÂa Evolutiva”.
El cardenal Schönborn ya habÃÂa tenido un encontronazo parecido hace 3 años cuando “espetó” un editorial en el New York Times afirmando que el Papa apoya abiertamente el Diseño Inteligente.
¿Por qué este cambio?¿Por qué ahora? Desde luego, no estoy en condiciones de especular sobre lo que se cuece en los pasillos del Vaticano, pero puedo imaginar que la “postura oficial” de la Iglesia representa un nivel de “retirada” en la tradicional “disputa” con la Ciencia por explicar el mundo, que tal vez no sea del gusto del nuevo Papa. Las religiones siempre han tenido entre sus funciones la de prorcionar alguna explicación sobre el origen del universo y en particular de los seres vivos. Limitar la acción del Creador a provocar el Big-Bang debe saber a poco.
Asàque no me resulta extraño que a la Iglesia Católica le asalte la tentación de apoyar una versión mucho más radical y- en esencia- similar al cuento del Diseño Inteligente.
Sólo espero que el Santo Padre no se deje caer en la tentación.