Nº 30: El matrimonio según la Biblia (II)
Considero que, por las dificultades del tiempo presente, lo mejor para el hombre es vivir sin casarse. ¿Estás unido a una mujer? No te separes de ella. ¿No tienes mujer? No la busques. Si te casas, no pecas. Y si una joven se casa, tampoco peca. Pero los que lo hagan, sufrirán tribulaciones en su carne que yo quisiera evitarles. Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; [...] Si un hombre, encontrándose en plena vitalidad, cree que no podrá comportarse correctamente con la mujer que ama, y que debe casarse, que haga lo que le parezca: si se casan, no comete ningún pecado. En cambio, el que decide no casarse con ella, porque se siente interiormente seguro y puede contenerse con pleno dominio de su voluntad, también obra correctamente. Por lo tanto, el que se casa con la mujer que ama, hace bien; pero el que no se casa, obra mejor todavÃa.
Es bastante evidente que para Pablo el fin del mundo era inminente ("queda poco tiempo"), su consejo solo puede entenderse en ese contexto, no creo que pretendiese que todos los seres humanos permaneciesen solteros y vÃrgenes para toda la eternidad, por razones obvias. Por mucho que ahora se intente ignorar, es bien sabido que los primeros cristianos se comportaban como las sectas apocalÃpticas actuales, preparándose para la llegada de un juicio final que llegarÃa en muy breve tiempo. Esa segunda venida de Cristo serÃa tan inmediata que era recomendable permanecer soltero (el que no tenga mujer que no la busque) o célibe (los que tienen mujer vivan como si no la tuviesen) hasta entonces pero si uno no puede aguantarse... que se case. Han pasado casi 2000 años desde su carta y los cristianos siguen esperando...
Tampoco se entiende la postura católica en cuanto a la solterÃa y celibato de los sacerdotes si tenemos en cuenta el texto de la primera carta a Timoteo, también atribuida a Pablo de Tarso (1 Timoteo 3:1-5)
Es muy cierta esta afirmación: «El que aspira a presidir la comunidad, desea ejercer una noble función». Por eso, el que preside debe ser un hombre irreprochable, que se haya casado una sola vez, sobrio, equilibrado, ordenado, hospitalario y apto para la enseñanza. Que no sea afecto a la bebida ni pendenciero, sino indulgente, enemigo de las querellas y desinteresado. Que sepa gobernar su propia casa y mantener a sus hijos en la obediencia con toda dignidad. Porque si no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar la Iglesia de Dios?.
En conclusión, una vez más, en cuestiones como el matrimonio o la familia, la Biblia esta plagada de mensajes actualmente inmorales, ilógicos o contradictorios ¿como puede alguien pretender utilizar ese libro como fundamento de cualquier cosa?