Einstein consideraba a las religiones «supersticiones infantiles»
«La ciencia sin religión es inútil y la religión sin ciencia está ciega». El largo y encendido debate entre creyentes y no creyentes sobre si Albert Einstein perteneció al primer o segundo grupo, desencadenado precisamente por ese aforismo del genio, podrÃa haber quedado zanjado. Una carta del fÃsico alemán que saldrá a subasta esta semana califica las creencias religiosas de «supersticiones infantiles», según informa este martes el diario británico The Guardian.
Albert Einstein escribió la misiva de su puño y letra el 3 de enero de 1954 y su destinatario fue el filósofo Eric Gutkind, quien habÃa enviado poco antes al padre de la teorÃa de la relatividad una copia de su libro La llamada bÃblica a la rebelión. «La palabra Dios no es más que la expresión y el fruto de la debilidad humana, y la Biblia, una colección de honorables leyendas primitivas, las cuales, no obstante, son bastante pueriles», decÃa el cientÃfico en la carta.
Einstein, que era judÃo y rehusó el ofrecimiento de ser el segundo presidente de Israel, también rechazó la idea de que los judÃos son un pueblo tocado por Dios. «Para mÃ, la religión judÃa, como las demás, es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judÃo, al que estoy contento de pertenecer y con el que tengo una profunda afinidad, no es diferente del resto», escribió a Gutkind.
La misiva se pondrá a la venta el próximo jueves en una casa de subastas londinense tras permanecer más de 50 años en manos privadas y se espera que alcance un precio de 8.000 libras (más de 9.700 euros). El documento no se encuentra incluido en la obra Einstein y la religión, libro de referencia en este asunto de la autoridad en la materia Max Jammer. Casi con toda seguridad, la carta no pondrá punto final al debate, aunque alimentará aún más la controversia sobre la verdadera forma de pensar de uno de los genios del siglo XX.
Publicado en El PaÃs de Madrid.
Ver también: Einstein y la religión, en primera persona.
Además: «Darwin no perdió la fe por desarrollar la teorÃa de la evolución».